Por: Marianne de Tolentino / Galería Nacional de Bellas Artes / Febrero 24, 2021
Las pinturas de Manuel Mera se convierten en una alegoría de la pasión por el arte, por un nuevo lenguaje artístico, por temas que le motivan, por la tecnología digital que participa en su obra.
Sus propias palabras lo señalan: “Mis obras son los reflexiones sobre los humanos dialogando con la ‘multirealidad” de los medios digitales en un mundo arropado por avances científicos pero lleno de contradicciones irresueltas.”
Manuel Mera pinta escenarios y escenas. Quien no conoce su trabajo podría pensar que es a veces reiterativo. Se equivocaría, pues la mayor libertad de forma y contenido impera en nuestra época, y volviendo al caso particular de Manuel. él no pertenece a ninguna escuela, sino que eligió personalmente digitalización y expresión manual, en base a su sentir y probablemente sus vivencias.
Un ejercicio de análisis diagnosticaría en su pintura la pluralidad de estilos expresionismo, realismo, surrealismo, ciertamente pop-art y nuevos medias. No creemos que se le debe encerrar en la historia del arte. Dejemos a su joven obra abierta a los vientos de la inspiración, al igual que sus extraños protagonistas. Su pintura nos hace recordar lo que preconizaba Pierre Restany: “… un arte próximo a la vida, a través de la naturaleza, moderna, urbana, post-industrial, mediática”.
Luego, del mismo modo que sus obras se inscriben en varios linajes estilísticos, la temática se funde aquí con la imaginación. Manuel Mera lleva al lienzo el trópico en su perennidad, en su generosidad, en su complejidad. Un paraíso reencontrado, a pesar de tantos avatares ecológicos y a veces con cierto sabor a purgatorio...
Respecto a sus "protagonistas"…Manuel Mera adopta una composición discrecional. El coloca a objetos y sujetos -por unidad, enjambre o hilera-, lo que llamaríamos su centro óptico, donde hasta descentrados elementos principales cristalizan la mirada…Los forma y deforma , los define y fusiona, les comunica energía y rasgos a su antojo. Aquí está la pluralidad de tendencias que evita la reiteración y la trasciende.
La pintura de Manuel Mera es a la vez exuberante y entusiasta, ejemplo de una paleta rica, organizada o voluntariamente desorganizada. Contraste, dinámica, ritmo,acentúan la fantasía en movimiento, forma y color, ingredientes orgánicos acordes con la construcción o la desconstrucción del conjunto…
Identificar a Manuel Mera como dominicano se hace evidente, a partir de su procedencia, de su temática, de su léxico. Es innegable que él es un artista del sol, del mar y del barroquismo antillano.
Manuel Mera: Multi Reality / National Gallery of Fine Arts | March 4, 2021
Manuel Mera's paintings become an allegory of his passion for art, for a new artistic language, for themes that motivate him, for the digital technology that participates in his work. His own words indicate it: "My works are reflections on humans dialoguing with the‘ multi-reality "of digital media in a world surrounded by scientific advances but full of unresolved contradictions."
Manuel Mera paints scenes and scenes. Those who do not know his work might think that it is sometimes repetitive. He would be wrong, since the greater freedom of form and content prevails in our time, and returning to the particular case of Manuel. He does not belong to any school, but personally chose digitization and manual expression, based on his feelings and probably his experiences.
An analysis exercise would diagnose in his painting the plurality of styles of expressionism, realism, surrealism, certainly pop-art and new media. We do not believe that he should be locked up in the history of art. Let us leave his young work open to the winds of inspiration, as well as his strange protagonists. His painting reminds us of what Pierre Restany advocated: “… an art close to life, through nature, modern, urban, post-industrial, media”.
Then, in the same way that his works are inscribed in various stylistic lineages, the theme here merges with imagination. Manuel Mera brings to the canvas the tropics in its perenniality, in its generosity, in its complexity. A paradise rediscovered, despite so many ecological vicissitudes and sometimes with a certain flavor of purgatory ...
Regarding the "protagonists" of him ... Manuel Mera adopts a discretionary composition. He places objects and subjects -by unit, swarm or row-, what we would call his optical center, where even off-center main elements crystallize the gaze… He shapes and deforms them, defines and fuses them, communicates energy and features to them at will. . Here is the plurality of tendencies that avoids repetition and transcends it.
Manuel Mera's painting is both exuberant and enthusiastic, an example of a rich, organized or voluntarily disorganized palette. Contrast, dynamics, rhythm, they accentuate the fantasy in movement, shape and color, organic ingredients in accordance with the construction or deconstruction of the whole ...
Identifying Manuel Mera as a Dominican is evident from his origin, his subject matter, and his lexicon. It is undeniable that he is an artist of the sun, the sea and the Antillean baroque.
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