“Me gusta que mi obra tenga un punto de serenidad pero también de mala leche, que no sea cortés sino que despierte la mirada”. Ramón Enrich
Por Itziar Narro / AD Architectural Digest / Abril 16, 2021 / Fuente externa
https://www.pressreader.com/spain/ad-spain/20200825/281891595640103
El catalán Ramon Enrich, que inaugura exposición en la Pigment Gallery de Barcelona, nos habla de su arquitectura silenciosa, de su amigo Hockney y de cuando se fue a vivir al desierto de Texas siguiendo a Donald Judd.
El pintor de la arquitectura silenciosa, Ramon Enrich, inaugura exposición en la Pigment Gallery de Barcelona en septiembre y aprovechamos para entrevistarlo, desde sus inicios en Igualada hasta su experiencia en el desierto de Texas, adonde se fue persiguiendo las huellas de su admirado Donald Judd. Sus pinturas y esculturas hablan del espacio vacío y del proyectado, de la proporción y del color, y recuerdan a los silenciosos paisajes de Giorgio de Chirino. “Soy muy sofisticado a través de lo más simple. Me gusta que el peso de la historia se note en mi obra a través de las texturas y los colores. Y todo eso con un punto de ironía y una cierta perversión infantil”, nos cuenta. Enrich (Igualada 1968) estudió en Barcelona antes de irse becado a Alemania y después a Estados Unidos. “Son mis batallitas de juventud. Fui a ver a Donald Judd al desierto de Texas y me quedé seis meses... Cuando acabé la universidad me di cuenta de que necesitaba salir y llamé a la puerta de gente que me fascinaba. Algunos me rechazaron con peor educación y otros me aceptaron”.
Entre los últimos, David Hockney, con el que sigue manteniendo amistad y correspondencia. Desde Igualada, porque Enrich decidió volver y abrir taller en su tierra. “Me llevé el bagaje de los artistas que admiraba y con modestia intenté ser un profesional de este oficio, que es tener un sello propio, inconfundible, que no haga falta firmar, sigue. Su obra conecta con la arquitectura simbólica, de la que es admirador. “Yo empecé pintando cementerios, pero no en plan romántico, sino de manera conceptual. Y eso me llevó a Judd”, del que dice que era un chapuzas que tuvo la inteligencia de encontrar un taller que transformaba de forma impecable sus diseños.
En la base de su trabajo (el de Enrich) está la manualidad.” He buscado este camino para que sea unipersonal, no replicable. Los pixeles me aterrorizan . Mi arquitectura intenta separarse cada vez más de los renders, por eso mis paredes no son rectas: que cada toque de pincel se note, que se sienta su vibración, que sea único y artesano”.
La literatura también está muy presente en sus creaciones, igual que el cálculo. “Cuando mezclas la poesía con las matemáticas o la arquitectura es muy poderosa y muy seductora, por eso a veces escribo letras en los muros o planto frases en mis pinturas. Habla de este mundo tan cuadradito en el que vivimos, en el que todo está mecanizado.
Y no deja de ser irónico que tenemos libertad máxima para hacer lo que queremos pero al mismo tiempo todos estemos en el mismo tubo haciendo las mismas cosas”.
Desde el 15 de septiembre en Pigment Gallery de Barcelona.
THE PAINTER OF SILENCE: Ramon Enrich / Catalan
"I like that my work has a point of serenity but also of bad temper, that it is not polite but that it awakens the gaze". Ramon Enrich
By Itziar Narro / AD Architectural Digest / April 16, 2021 / External source
https://www.pressreader.com/spain/ad-spain/20200825/281891595640103
The Catalan Ramon Enrich, who opens an exhibition at the Pigment Gallery in Barcelona, tells us about his silent architecture, about his friend Hockney and when he went to live in the Texas desert following Donald Judd.
The painter of silent architecture, Ramon Enrich, opens an exhibition at the Pigment Gallery in Barcelona in September and we take the opportunity to interview him, from his beginnings in Igualada to his experience in the Texas desert, where he went following in the footsteps of his admired Donald Judd . His paintings and sculptures speak of empty and projected space, of proportion and color, and are reminiscent of the silent landscapes of Giorgio de Chirino. “I am very sophisticated through the simplest. I like that the weight of history is noticeable in my work through textures and colors. And all that with a touch of irony and a certain childish perversion ”, he tells us. Enrich (Igualada 1968) studied in Barcelona before going on a scholarship to Germany and later to the United States. “They are my youth battles. I went to see Donald Judd in the Texas desert and stayed for six months ... When I finished college I realized that I needed to get out and knocked on the doors of people who fascinated me. Some rejected me with worse education and others accepted me ”.
Among the latter, David Hockney, with whom he continues to maintain friendship and correspondence. From Igualada, because Enrich decided to return and open a workshop in his land. “I took with me the baggage of the artists I admired and with modesty I tried to be a professional of this profession, which is to have my own, unmistakable stamp, that it is not necessary to sign, he continues. His work connects with symbolic architecture, of which he is an admirer. “I started painting cemeteries, but not in a romantic way, but in a conceptual way. And that led me to Judd ”, of whom he says he was a bot who had the intelligence to find a workshop that impeccably transformed his designs.
At the base of his (Enrich's) work is craftsmanship. " I have sought this path to be one-person, not replicable. Pixels terrify me. My architecture tries to separate itself more and more from the renderings, that is why my walls are not straight: that each touch of the brush is noticeable, that its vibration is felt, that it be unique and artisan ”.
Literature is also very present in his creations, as is calculation. “When you mix poetry with mathematics or architecture, it is very powerful and very seductive, that's why sometimes I write letters on the walls or plant sentences in my paintings. He talks about this very square world in which we live, in which everything is mechanized.
And it is ironic that we have maximum freedom to do what we want but at the same time we are all in the same tube doing the same things ”.
From September 15 at Pigment Gallery in Barcelona.
ramonenrich.com
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