Una estética de la palabra y de la imagen justifica todo el entramado ideológico y cultural utilizado en la escritura verbal y en la creación pictórica, arquitectónica, escultórica, dibujística, alegórica y visionaria.
Por ODALÍS G. PÉREZ | 20 Agosto, 2020 | OCA|News
"Es importante entender que la voz y el cuerpo cristiano populares influyen en el logos y el ícono, a partir de los cuales se va instituyendo lo que resulta de un proceso propiciatorio, de una ratio textual organizada a partir de micrografías y macrografías que encontramos en algunos diseños visuales de la modernidad"-
A partir de la Edad media el arte verbal y el arte visual conformaron una relación interna y externa proyectable en el contexto de la creación mística o religiosa. Desde allí la escritura se convirtió en textualidad, iconografía y gestografía, mientras que la palabra culta y teológica se convertía paulatinamente en mundo, ritmo, inscripción alegórica verbal y no-verbal. La latinidad se conformó en la tradición de la letra proveniente de las raíces y signos de idiomas indoeuropeos, donde se consagraban ciertas ritualidades de la palabra. Rituales griegos, latinos, eslavos, balcánicos y otros verbalizaron el cuerpo y corporalizaron la palabra. La tradición manuscrita evolucionó hasta concretizarse más tarde en liturgia, canto, coralidad, voz poética, himno y forma de mensaje a través de la escritura. De ahí que el latín literario, teologal y filosófico se apoyaba en el logos sagrado, el verbo mirífico y el fraseo poético. Los mismos conformaron espacios de cultura que, en muchos casos y momentos, fueron asimilados por la Romania oriental y occidental.
Se trataba, en este caso, de la vida de una estética infusa y una estética difusa, de una vía positiva y una vía negativa en las formaciones artísticas y literarias. Se podría leer y observar en este contexto de creación un canto, un poema, una crónica y un relato visionario de imágenes creadas mediante una relación o una correspondencia estética y filosófica en los actos de escritura narrativa, legal, religiosa, poética y visual. Este fenómeno vino a confirmarse en la Filocalía de los padres y teólogos latinos, en sus influencias posteriores, pero también en los llamados pensadores renacentistas que se abrieron a la modernidad.
En efecto, la Estética de la palabra y de la imagen se hace visible en poetas contemporáneos, en la relación imagen-cuerpo, la imagen-logos como fuerza de sentido institucional, público y privado. El ritmo de esta escritura cobraba valor, tanto en la tradición alegórica, así como también en la naciente modernidad. Con anterioridad y según Ernst Robert Curtius se profundizó y propició un vocabulario proveniente del sermo humilis o lengua popular que caracterizó toda una producción literaria culta, justificada por los tratados de poética y estética cercanos a los teólogos cristianos, y por lo mismo ligados a los padres de la escolástica. (Ver, Literatura europea y Edad Media Latina, 1955(1998), Vols. 1-2.
Por su parte, las imágenes visuales estaban respaldadas por diversos sistemas iconográficos, hieráticos y profanos que expresaban, tanto en la Edad Media como en el Renacimiento, la servidumbre de una lectura mítica y específica dentro del contexto de una dialéctica y una estética de la palabra y la imagen.
Una estética de la palabra y de la imagen justifica todo el entramado ideológico y cultural utilizado en la escritura verbal y en la creación pictórica, arquitectónica, escultórica, dibujística, alegórica y visionaria. Se trata de la dimensión literal y la dimensión iconográfica proliferante en el espacio eclesiástico fundamentado en un discurso literario y artístico expreso en los géneros practicados por el arte de las memorias renacentistas, post-renacentistas y por el arte de las escrituras materiales y gráficas utilizadas desde ciertos momentos y ritmos del sentido visual y textual. Es importante entender que la voz y el cuerpo cristiano populares influyen en el logos y el ícono, a partir de los cuales se va instituyendo lo que resulta de un proceso propiciatorio, de una ratio textual organizada a partir de micrografías y macrografías que encontramos en algunos diseños visuales de la modernidad-contemporaneidad y en grandes representaciones híbridas que participan de valores llamados cultos y populares de nuestros días; lo que implica una correspondencia entre tradición y ruptura; modernidad y traducción; literalidad y discurso; presencia y multiplicidad de elementos y escrituras que hacen del saber una práctica de interpretación y comprensión de productos intelectuales.
La concepción según la cual el signo surge vinculado al texto, la encontramos a todo lo largo de la productividad textual icónica y fónopoética. Los poetas, narradores, dramaturgos, predicadores, divulgadores, políticos, teólogos, publicistas y otros productores de discursos orales y escritos asumen en todo Occidente el sentido y la memoria como procesos reflexivos, redaccionales, poéticos, históricos, lingüísticos y literarios.
Es así como la Estética de la palabra y de la imagen (de Alberti a Vico, de Ficino a Castelvetro , de Hegel a Lukács y de Marx al realismo crítico implica todo un proceso recesivo incidente y acentuado en diferentes mundos de creación, espacios y tiempos generadores de textos e imágenes que dialogan en los ejes vinculantes de la cultura de los signos, sus huellas verbales y figurales en movimiento.
Aesthetics of the word and the image
An aesthetic of the word and the image justifies the entire ideological and cultural framework used in verbal writing and in pictorial, architectural, sculptural, drawing, allegorical and visionary creation.
By ODALÍS G. PÉREZ | 20 August, 2020 | OCA | News
"It is important to understand that the popular Christian voice and body influence the logos and the icon, from which the result of a propitiatory process, of a textual ratio organized from micrographies and macrographies that we find in some visual designs of modernity "-
From the Middle Ages on, verbal art and visual art formed an internal and external relationship projected in the context of mystical or religious creation. From there, writing became textuality, iconography and gestures, while the cultured and theological word gradually became the world, rhythm, verbal and non-verbal allegorical inscription.
Latinity was formed in the tradition of the letter from the roots and signs of Indo-European languages, where certain ritualities of the word were enshrined. Greek, Latin, Slavic, Balkan and other rituals verbalized the body and embodied the word. The handwritten tradition evolved until later concretized in liturgy, song, choir, poetic voice, hymn and form of message through writing. Hence, literary, theological, and philosophical Latin relied on the sacred logos, the mirific verb, and poetic phrasing. They formed spaces of culture that, in many cases and moments, were assimilated by eastern and western Romania.
It was, in this case, the life of an infused aesthetic and a diffuse aesthetic, of a positive and a negative path in artistic and literary formations. One could read and observe in this context of creation a song, a poem, a chronicle and a visionary account of images created through an aesthetic and philosophical relationship or correspondence in the acts of narrative, legal, religious, poetic and visual writing. This phenomenon came to be confirmed in the Filocalía of the Latin fathers and theologians, in their later influences, but also in the so-called Renaissance thinkers who opened up to modernity.
Indeed, the Aesthetics of the word and of the image is made visible in contemporary poets, in the image-body relationship, the image-logos as a force of institutional, public and private meaning. The rhythm of this writing gained value, both in the allegorical tradition, as well as in the nascent modernity. Previously, and according to Ernst Robert Curtius, a vocabulary from the sermo humilis or popular language was deepened and fostered, which characterized a whole cultured literary production, justified by the poetics and aesthetics treatises close to Christian theologians, and for the same reason linked to parents. of the scholastic. (See, European Literature and Latin Middle Ages, 1955 (1998), Vols. 1-2.
For their part, visual images were supported by various iconographic, hieratic and profane systems that expressed, both in the Middle Ages and in the Renaissance, the servitude of a mythical and specific reading within the context of a dialectic and an aesthetic of the word. and the image.
An aesthetic of the word and the image justifies the entire ideological and cultural framework used in verbal writing and in pictorial, architectural, sculptural, drawing, allegorical and visionary creation. It is about the literal dimension and the proliferating iconographic dimension in the ecclesiastical space based on a literary and artistic discourse expressed in the genres practiced by the art of Renaissance and post-Renaissance memoirs and by the art of material and graphic writings used since certain moments and rhythms of the visual and textual sense.
It is important to understand that the popular Christian voice and body influence the logos and the icon, from which the result of a propitiatory process is instituted, of a textual ratio organized from micrographs and macrographs that we find in some visual designs of modernity-contemporaneity and in great hybrid representations that participate in values called cultured and popular today; which implies a correspondence between tradition and rupture; modernity and translation; literality and discourse; presence and multiplicity of elements and writings that make knowledge a practice of interpretation and understanding of intellectual products.
The conception according to which the sign arises linked to the text, we find it throughout the iconic and phonopoetic textual productivity. Poets, storytellers, playwrights, preachers, popularizers, politicians, theologians, publicists, and other producers of oral and written discourses assume meaning and memory as reflective processes throughout the West.
댓글