La historia del arte es Historia, y dentro de sus contenidos es muy importante las bienales de artes visuales. Tanto a nivel nacional como internacional las bienales han contribuido a nutrir todas las contextualizaciones, todos los manifiestos y expresiones artísticas de cada país donde se convoque a una Bienal, que como su nombre lo indica, literalmente para serlo tiene que darse en un contexto de cada dos años.
Es importante destacar que la Bienal de artes visuales de Venecia, es la matriz progenitora de todas las bienales desde su fundación en 1895. Su convocatoria y desenvolvimiento es, una referencia catalogada y razonada para la evolución de las artes a nivel internacional.
En nuestro mundo latinoamericano y caribeño, la Bienal de Sao Paulo representa y significa un espacio relevante para los artistas latinoamericanos, que en este evento pueden expresar sus posiciones y rupturas con los modelos de las vanguardias europeas, así como señalar un giro hacia expresiones y manifiestos artísticos con códigos para un imaginario descolonizado.
Por otra parte, frente al crecimiento numérico y curatorial de las bienales internacionales, es importante valorar la Bienal de Artes Visuales de Santo Domingo, porque es una convocatoria que valora, calibra, identifica, legitima y posiciona la producción artística nacional, único laboratorio que permite inventariar las nuevas generaciones y los movimientos emergentes con el fundamento de abrir a la ciudadanía un encuentro excepcional con las artes visuales nacionales que ofrecen cultura, educación y nutren los imaginarios colectivos e individuales.
La Bienal Nacional de Artes Visuales de Santo Domingo, ha logrado a traves de los años, desde la primera Bienal celebrada en el 1942, una identidad de reencuentro con la sociedad que no se puede soslayar desde que personalidades intelectuales como Rafael Díaz Niese contribuyera a su fortalecimiento entre 1942 y 1960, luego de tomar nuevos giros a partir de la Revolución de Abril/1965, para entonces engrandecerse de nuevas manifestaciones visuales a partir de los años setenta con la expresión de nuevos modelos trans-vanguardistas nacionales que rompen viejos esquemas y se confrontan con los lenguajes más insurgentes de la producción artística internacional, a la vez, con un lenguaje que se apodera de los paradigmas dominicanos en sus señalamientos.
Después de larga espera y expectativas, nos place aplaudir el relanzamiento de la Bienal Nacional de Artes Visuales, que con la reapertura y el remozamiento del Museo de Arte Moderno significa un cumplimiento de alto grado con la comunidad artística e intelectual dominicana.
Estamos con la esperanza de volver al ejercicio de analizar y visualizar todas las expresiones artísticas para cumplir con la gesta ciudadana de la Bienal Nacional de Artes Visuales de entregar a la sociedad la oportunidad única y exclusiva cada dos años de disfrutar del trabajo de sus artistas, y para que los coleccionistas privados, los empresarios , las instituciones y el público en general observen, diserten, se empapen y opten por las revelaciones que el arte sabe ofrecer a la sociedad. Este ha sido por años el empeño puesto en nuestra Bienal Nacional de Artes Visuales, tanto de nuestros artistas, como de muchas personas comprometidas con el arte y la cultura; por lo tanto, no podemos faltar y con nuestro soporte como público comprometido, tratar de engrandecer la reapertura del Museo de Arte Moderno.
Evaluation of the National Biennial of Visual Arts in the Dominican Republic.
The history of art is history, and within its contents the biennials of visual arts are very important. Both nationally and internationally, biennials have contributed to nurturing all contextualizations, all manifestos and artistic expressions of each country where a Biennial is convened, which, as the name implies, literally has to be given in a context of each two years.
It is important to highlight that the Venice Visual Arts Biennial is the parent matrix of all biennials since its founding in 1895. Its call and development is, a reference cataloged and reasoned for the evolution of the arts at international level.
In our Latin American and Caribbean world, the Sao Paulo Biennial represents and means a relevant space for Latin American artists, who in this event can express their positions and ruptures with European avant-garde models, as well as point out a turn towards expressions and manifestos artistic with codes for a decolonized imaginary.
On the other hand, in front of the numerical and curatorial growth of the international biennials, it is important to value the Biennial of Visual Arts of Santo Domingo, because it is a call that values, calibrates, identifies, legitimates and positions the national artistic production, the only laboratory that allows Inventory the new generations and the emerging movements with the foundation of opening an exceptional encounter with the national visual arts that offer culture, education and nurture the collective and individual imaginary.
The National Biennial of Visual Arts of Santo Domingo, has achieved over the years, since the first Biennial held in 1942, an identity of reunion with society that cannot be ignored since intellectual personalities such as Rafael Díaz Niese contributed to their strengthening between 1942 and 1960, after taking new turns from the April / 1965 Revolution, then enlarging new visual manifestations from the seventies with the expression of new national trans-avant-garde models that break old schemes and they confront the most insurgent languages of international artistic production, at the same time, with a language that takes hold of the Dominican paradigms in their accusations.
After a long wait and expectations, we are pleased to applaud the relaunch of the National Biennial of Visual Arts, which with the reopening and remodeling of the Museum of Modern Art means a high degree of compliance with the Dominican artistic and intellectual community.
We are hoping to return to the exercise of analyzing and visualizing all artistic expressions to fulfill the citizen deeds of the National Biennial of Visual Arts to give society a unique and exclusive opportunity every two years to enjoy the work of its artists, and for private collectors, businessmen, institutions and the general public to observe, dissect, soak up and opt for the revelations that art knows to offer society. This has been for years the commitment put in our National Biennial of Visual Arts, both of our artists, and of many people committed to art and culture; therefore, we cannot miss and with our support as a committed public, try to enlarge the reopening of the Museum of Modern Art.
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