1 | Escultura ìCristo vivoî, Bismarck Victoria . Concreto armado, IntervenciÛn mixta. 20 x 30 x 30 mts JardÌn Bot·nico ìEugenio de Js. Marcanoî, / Santiago de los Caballeros, 2018
2 | Escultura ìTorso largoî, Bismarck Victoria. Concreto armado con iluminaciÛn integral, y fuentes de agua, 1200 x 3000 x 160 cms. / Santo Domingo, 1998
3 | Escultura ìViento en reposoî, bronce. Bismarck Victoria. 8î x 6î x 3î. (Ed. John Di Pascuale, ColecciÛn Presidente Jimmy Carter, Gobernador Mario Cuomo / New York, 1986
4 | Bismarck Victoria. IntervenciÛn y diseÒo arquitectÛnico interior, frontispicio Capilla de Los Inmortales. Maravillosa fuente de luz diseÒada con mosaicos venecianos y luz espectral. Catedral Metropolitana Santiago ApÛstol el Mayor, / Santiago, Rep˙blica Dominicana.
INTRODUCCIÓN
“Pocos artistas utilizan como él instrumentos provistos por la ciencia y la tecnología avanzadas para lograr fines altamente creativos y de gran presencia y plasticidad. Su escultura gana espacio y reclama atención. Bismarck Victoria hace coincidir planos y curvas en un todo envolvente que invita al espectador a acercarse y mirar con detenimiento el misterio que encierra su realización. Aspectos de la geometría minimalista y de la concepción oriental y japonesa del espacio escultórico coinciden con una visión que no olvida la riqueza y el barroquismo de los trópicos”. Fernando Ureña Rib (1951-2013).
El escultor Bismarck Victoria es una de las personalidades de más alta reputación y valoración crítica en la historia de la escultura dominicana y latinoamericana, discípulo directo del escultor universal, norteamericano de origen japonés, Isamo Noguchi (durante los años de formación y trabajo de Bismarck en Nueva York en el taller del Maestro), reputado como una de las expresiones fundamentales de la estética y vanguardia escultórica del siglo xx. Igual, el escultor de Santiago, con taller en Nueva York y en su ciudad natal, es discípulo del consagrado escultor latinoamericano Walter Terraza, un boliviano con atávica presencia en la historia del arte nacional por haber sido esposo de la consagrada pintora Clara Ledesma.
Es el artista Bismarck Victoria, forjador de un lenguaje tejido desde la tridimensionalidad que ha desarrollado una vasta producción de esculturas, tanto en el país como en el exterior, como su más reciente a nivel internacional, en China Popular, donde fue emplazada una obra monumental de su autoría; y en la República Dominicana, obras nacidas en su taller, plantadas en espacios públicos tan emblemáticos como el Boulevar de la 27 de Febrero (dos obras); en una de las estaciones del Metro de Santo Domingo, Suprema Corte de Justicia, Torre Empresarial Dominicana, Centro de Telemedicina Avanzada CEDIMAT, Plaza de la Salud, y más recientemente, su obra monumental “Cristo Vivo”, levantada con solemne majestuosidad espiritual en una colina dentro del recién inaugurado Jardín Botánico de Santiago.
Pero si bien la imponente y reflexiva belleza de su producción escultórica puede disfrutarse en jardines de esculturas tan prestigiosos como el del Centro Cultural E. León Jimenes, su obra de mayor refinamiento y próxima a las ciencias físicas y matemáticas de la armonización paisajística y opticial de la imagen, está en su poética obra de arte sacro creada especialmente para el conjunto de obras de arte interior en la Catedral Santiago Apóstol El Mayor, de Santiago de los Caballeros, pensada y conceptuada para la exaltación de la fe cristiana y humanista, y su acto relacional con los hechos históricos y patrióticos que acontecieron en Santiago como aporte a la libertad y la Soberanía Nacional.
Es el arte de Bismarck Victoria, una poderosa y poética lección de minimalismo en la que se conjugan con maestría, el perfecto dominio de la técnica, la pureza de estilo y el refinamiento espectral que conjuga diseño, volumetría e iluminación, haciendo notar y sentir en la mirada perceptora la fuerza de la invención, pasión y compromiso con el oficio de escultor, creatividad y capacidad de diálogo entre el espacio arquitectónico y los lenguajes variables de la escultura en sitio; esto para la exposición visualistica de la espiritualidad bajo el principio teológico de hacer visible lo invisible, a través de la fuerza de la palabra que deviene de la imagen visiva como acto creador.
Este conjunto de obras de Bismarck en la Catedral de Santiago mantiene una elaborada trama relacional estética y espacialmente con las obras del consagrado escultor Gaspar Mario Cruz, autor de las tallas-relieve de la puerta de la Catedral y la obra vitralística del artista del vidriado y pintor Maestro José Rincón Mora.
MÍSTICAS METÁFORAS, ES SU ARTE
Probablemente una de las virtudes mágicas más trascendentales del Caribe contemporáneo sea su inmensa capacidad de revelación, y el escultor Bismarck Victoria (República Dominicana, 1952) es uno de esos auténticos descubrimientos afirmativos que nos hablan de una familia de números para mirar y medir las potencialidades de talento creativo y de luz que hay en la región.
Escultor prominente, dibujante y creador de un vigoroso espíritu de contemporaneidad, Bismarck Victoria ha instaurado, a lo largo de su trayectoria de 40 años de oficio creativo, desde sus talleres de New York y su ciudad natal Santiago de los Caballeros, una lingüística de la escultórica que desafía la estilística de la escultura moderna para proponer un alfabeto visualístico que sustancia la materia como sujeto para una escultura no relacional, que en vez de ser conceptuada para ser vista, es creada para ser pensada y sentida por el espectador.
Sus expresiones escultóricas constituyen místicas metáforas materializadas en el espacio, las que proyectan ante el espectador una extraña sensación de habitante que resume preocupaciones de hondo sentido humanístico y social.
Son deidades icónicas en sí mismas, que en su simbólico silencio lítico o metálico asumen la luz como una propiedad del hombre que piensa, siente, le duele la vida y la humanidad entera. Basta recordar su obra titulada Naboria (1993), en la que desde la circularidad dinámica de una pieza articulada en acero y sustentada en base totémica de hierro, parece cantar en nombre del sentimiento, el dolor y la memoria aborigen. Bismarck es silencio ritual en su escultórica. No es un calculista del espacio, es básicamente chamanístico y filósofo en su hablar a través del lenguaje abstracto de la escultura, tanto en las que se exhiben objetos de arte público, como en las de pequeña y mediana dimensión.
Sus esculturas hablan, jamás mienten, se abrazan a la mirada contemplativa del espectador y provocan el espíritu de sus miradas, aborrecen la duda y el espacio social contaminado y trivial.
La profundidad, sensación y resonancia mística y humana alcanzada por la producción escultórica de Bismarck, le han permitido ocupar un espacio de ganado respeto, tanto en el ámbito latinoamericano y caribeño como en el exclusivo escenario de la ciudad de New York, donde desarrolló básicamente su carrera artística.
Heredero del linaje del maestro nipón-norteamericano Isamu Noguchi, de quien fuera uno de sus alumnos directos en su taller de New York, Bismarck Victoria, partiendo desde las formulaciones de un discurso fundado en la abstracción geométrica y en el sintetismo filosófico minimal, nos habla de una espiritualidad no dogmática y radiante que niega el espacio ilusorio; y como bien nos habla Marck Rothko, nos presenta un repertorio de obras bajo la plenitud estética y conceptual del “estado logrado” del arte que suscribe la gloria del ser en su diseño y expresión.
El arte de Bismarck Victoria no miente. Proclamo nueva vez: son sus piezas escultóricas objetos de poder vinculados al misterio y al silencio como palabra pura, como poesía atada a la inmanencia del ser; auténticas apuestas a la supremacía de lo creado atemporales, porque sus esculturas poseen un vínculo seminal con el hombre y la mujer esenciales, con la raza esencial, con la humanidad esencial, con el pensamiento vivo, con la ansiedad del espíritu, con la respiración de la luz, con lo primitivo, con el fuego, con el polvo, con el agua y con la vida. Ante el metafórico silencio de sus obras, el ojo del corazón tiembla y piensa.
Entendiendo como Bárbara Kruger, que el arte es un acto de supremo compromiso con la vida y con la muerte, Bismarck Victoria asume el lenguaje del arte postmoderno y postcontemporáneo para matar la hipocresía, la mentira, la moralidad dual, la trivialidad, el rezo sucio, el sexo sucio, el sexo fingido, la oración teatralizada, y para matar dictadores nacidos y por nacer.
* Crítico de arte. Curador. Consultor cultural. Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, Aica-Unesco; Premio Curador del año, otorgado por la Asociación Dominicana de Críticos de Arte en el año 2000.
SENSATION AND MYSTICAL RESONANCE IN THE SCULPTURAL WORK OF BISMARCK VICTORIA
1 | Sculpture ìCristo vivoî, Bismarck Victoria. Reinforced concrete, Mixed intervention. 20 x 30 x 30 mts Botanical Garden ìEugenio de Js. Marcanoî, / Santiago de los Caballeros, 2018
2 | Sculpture ìTorso largoî, Bismarck Victoria. Concrete reinforced with integral lighting, and water sources, 1200 x 3000 x 160 cms. / Santo Domingo, 1998
3 | Sculpture ìPower in reposeî, bronze. Bismarck Victoria. 8î x 6î x 3î. (Ed. John Di Pascuale, President Jimmy Carter Collection, Governor Mario Cuomo / New York, 1986
4 | Bismarck Victoria. Intervention and interior architectural design, frontispiece Chapel of the Immortals. Wonderful light source designed with Venetian mosaics and spectral light. Metropolitan Cathedral Santiago ApÛstol el Mayor, / Santiago, Dominican Republic.
INTRODUCTION
"Few artists use as instruments provided by advanced science and technology to achieve highly creative and high-presence and plasticity. His sculpture gains space and demands attention. Bismarck Victoria coincides planes and curves in an enveloping whole that invites the viewer to approach and look closely at the mystery that lies in its realization. Aspects of minimalist geometry and the oriental and Japanese conception of the sculptural space coincide with a vision that does not forget the richness and baroque of the tropics ". Fernando Ureña Rib (1951-2013).
The sculptor Bismarck Victoria is one of the most prestigious personalities and critical appraisal in the history of Dominican and Latin American sculpture, direct disciple of the universal sculptor, American of Japanese origin, Isamo Noguchi (during the years of training and work of Bismarck in New York in the workshop of the Master), reputed as one of the fundamental expressions of the aesthetic and avant-garde sculpture of the twentieth century. Likewise, the sculptor from Santiago, with a workshop in New York and in his hometown, is a disciple of the consecrated Latin American.
sculptor Walter Terraza, a Bolivian with an atavistic presence in the history of national art for having been husband of the consecrated painter Clara Ledesma.
It is the artist Bismarck Victoria, creator of a language woven from the three-dimensionality that has developed a vast production of sculptures, both in the country and abroad, as its most recent internationally, in People's China, where a monumental work was located of his authorship; and in the Dominican Republic, works born in his workshop, planted in such emblematic public spaces as the Boulevard de la 27 de Febrero (two works); in one of the stations of the Santo Domingo Metro, Supreme Court of Justice, Dominican Business Tower, Advanced Telemedicine Center CEDIMAT, Plaza de la Salud, and more recently, his monumental work "Cristo Vivo", raised with solemn spiritual majesty in a hill inside the recently opened Botanical Garden of Santiago.
But while the imposing and reflective beauty of its sculptural production can be enjoyed in gardens of sculptures as prestigious as the E. Leon Jimenes Cultural Center, its work of greater refinement and close to the physical and mathematical sciences of the landscape and opticial harmonization of the image, is in his poetic work of sacred art created especially for the set of works of interior art in the Cathedral Santiago Apostle El Mayor, of Santiago de los Caballeros, thought and conceptualized for the exaltation of the Christian and humanist faith, and its relational act with the historical and patriotic events that took place in Santiago as a contribution to freedom and National Sovereignty.
It is the art of Bismarck Victoria, a powerful and poetic lesson of minimalism in which they combine with mastery, the perfect mastery of technique, the purity of style and the spectral refinement that combines design, volumetry and lighting, noting and feeling in the perceptive gaze the force of the invention, passion and commitment with the office of sculptor, creativity and capacity of dialogue between the architectural space and the variable languages of the sculpture in site; this for the visual exhibition of spirituality under the theological principle of making the invisible visible, through the force of the word that comes from the visual image as a creative act.
This set of works of Bismarck in the Cathedral of Santiago maintains an elaborate aesthetic and spatial relational pattern with the works of the consecrated sculptor Gaspar Mario Cruz, author of the carvings-relief of the door of the Cathedral and the vitralística work of the artist of the glaze and Master painter José Rincón Mora.
MYSTICAL METAPHOR, IT'S YOUR ART
Probably one of the most transcendental magical virtues of the contemporary Caribbean is its immense capacity for revelation, and the sculptor Bismarck Victoria (Dominican Republic, 1952) is one of those authentic affirmative discoveries that tell us about a family of numbers to look at and measure the potentialities of creative talent and light in the region.
A prominent sculptor, draftsman and creator of a vigorous spirit of contemporaneity, Bismarck Victoria has established, throughout his career of 40 years of creative trade, from his workshops in New York and his hometown Santiago de los Caballeros, a linguistics of the sculptural that challenges the stylistics of modern sculpture to propose a visual alphabet that substance matter as a subject for a non-relational sculpture, which instead of being conceptualized to be seen, is created to be thought and felt by the viewer.
His sculptural expressions constitute mystical metaphors materialized in space, which project before the spectator a strange sensation of inhabitant that summarizes concerns of a deep humanistic and social sense.
They are iconic deities in themselves, that in their symbolic metallic or lithic silence assume light as a property of the man who thinks, feels, hurts life and the whole humanity. Suffice it to recall his work entitled Naboria (1993), in which from the dynamic circularity of a piece articulated in steel and supported on a totemic iron base, it seems to sing in the name of feeling, pain and aboriginal memory. Bismarck is ritual silence in his sculpture. He is not a space calculator, he is basically shamanistic and philosopher in his speech through the abstract language of sculpture, both in which public art objects are exhibited, and in those of small and medium dimension.
Their sculptures speak, they never lie, they embrace the contemplative gaze of the spectator and provoke the spirit of their looks, they abhor the doubt and the contaminated and trivial social space.
The depth, sensation and mystical and human resonance reached by the sculptural production of Bismarck, have allowed him to occupy a space of cattle respect, both in the Latin American and Caribbean sphere and in the exclusive setting of the city of New York, where he basically developed his artistic career.
Heir of the lineage of the Japanese-American teacher Isamu Noguchi, who was one of his direct students in his workshop in New York, Bismarck Victoria, starting from the formulations of a discourse based on geometric abstraction and minimal philosophical synthesism, speaks to us of a non-dogmatic and radiant spirituality that denies the illusory space; and as Marck Rothko tells us, he presents us with a repertoire of works under the aesthetic and conceptual fullness of the "achieved state" of art that subscribes to the glory of being in its design and expression.
The art of Bismarck Victoria does not lie. I proclaim again: his sculptural pieces are objects of power linked to mystery and silence as a pure word, as poetry tied to the immanence of being; authentic bets on the supremacy of timeless creation, because their sculptures have a seminal link with the essential man and woman, with the essential race, with the essential humanity, with living thought, with the anxiety of the spirit, with the breathing of light, with the primitive, with fire, with dust, with water and with life. Before the metaphorical silence of his works, the eye of the heart trembles and thinks.
Understanding as Barbara Kruger, that art is an act of supreme commitment to life and death, Bismarck Victoria assumes the language of postmodern and post-contemporary art to kill hypocrisy, lies, dual morality, triviality, dirty prayer , dirty sex, fake sex, dramatized prayer, and to kill dictators born and unborn.
* Art critic. Curator. Cultural consultant. Member of the International Association of Art Critics, AICA-Unesco; Curator of the Year Award, granted by the Dominican Association of Art Critics in 2000.