"El ARTE EN LA CABEZA"
Agradecemos la colaboración de: Juan Antonio Vasquez -Juampa- Artistas: Mery Espejo, Juan Mayí, Elvis Aviles, Hilario Olivo, Ángel Urrely, Elsa Núñez, Amaya Salazar, Julia Hernández, Radhamés Mejía, Julio Valentín, Rosa Tavárez, Geo Ripley, Mariojosé Ángeles, Iris Pérez, Tony Capellán, John Padovani, José Aguasvivas (Sejo), Omar Molina, Said Musa, José Mercader, Teté Marella, Juan Bravo, Fernando Peña Defilló (Papo), José Miura, Ramón Oviedo, Jesús Desangles, Antonio Martorell, José Cestero, Ciprian Ramírez, José Morillo, Jorge Severino, Inés Tolentino, Persio Checo, Vladimir Reyes, Melvin Díaz, Carlos Romaguera, Leonardo Durán. Guiomar de Toledo, José Luis Bustamante. Equipo de trabajo del proyecto:
Silvia de Hernández, Paloma Hernández, Mibsan Mejía, Ariel Martes, Enrique Betances, Emmanuel Betances, André Ruggeri, Luis Rolando Martínez, Ramón Encarnación Dagoberto Tejeda Mercedes Peinado
OCA|News / Mariano Hernández / Junio 14, 2022 / CENTRO CULTURAL BANRESERVAS /
Por: Marianne de Tolentino
Mariano Hernández fotografía el arte gracias al arte de la fotografía, que valga la redundancia. Pintura, escultura, instalación, danza y teatro: creación al fin, su lente ágil los capta inmejorablemente, dejando documentos perennes. Desde hace muchos años, él se ha especializado en la fotografía del carnaval y en su archivo personal se encuentra la memoria de buena parte, no sólo del carnaval Dominicano, sino del Caribe y más allá.
Ser fotógrafo del carnaval, no es fácil ni sencillo: hay que conjugar un testimonio fiel de la fiesta carnavalesca y utilizar esa misma expresión para hacer una obra propia. Hay que superar el nivel de la información y la promoción, siendo al mismo tiempo reportero y artista.
Mariano consigue esta metamorfosis. Su sensibilidad y afinidad espontánea permiten descubrir formas y volúmenes, espacio y composición, iluminación y matices, ritmos y movimientos. Ya no se trata solamente de comunicar un instante o un enfoque del carnaval, sino una identificación con la gesta callejera y popular. Las fotografías de Mariano son poéticas, en el sentido de una percepción metafórica, de imágenes bellas, epopeya, sobre todo, soneto, sátira, según el disfraz del cual él, con su lente, sabe sacar la estética y la esencia.
En el Carnaval, el cuerpo entero es un territorio, transformado física y psicológicamente: para, marcha, baila, pausa, prosigue; solo, agrupado, de lado, arriba y abajo. La fotografía es silencio, el carnaval sonido. La fotografía es fija, el carnaval movimiento. ¡Sin embargo, viendo las fotos de Mariano, vivimos el carnaval! En sus fotografías de personajes, disfraces y máscaras, la mímica, el gesto, la expresión corporal hasta se escuchan, mágicos, sobrenaturales y nuestros.
El maestro Mariano –aunque su modestia rechaza esta calificación-, aprehende aquella transfiguración asombrosa. Experto, inagotable, apasionado, la plasma admirablemente. Fotógrafo especialista de la escena carnavalesca, este género le ha ganado una reputación internacional.
Finalmente, vemos cómo Mariano capta, sin un encargo definido, máscaras tan inesperadas como ingeniosas en sus materiales reales y reinventados, “cosas” humildes aún, vueltos deslumbrantes gracias al “reciclaje” carnavalesco.
Así lo expresa Juampa, figura estelar de la fiesta, héroe de la fotografía de Mariano Hernández: “Lo importante es la base creativa, no los lujos que pueda llevar el disfraz”. Aquí la exposición despliega la multiplicidad de cuellos, sus signos, sus encantos, sus locuras, obras únicas de los artistas para Juampa.
¡Que las descubran y disfruten!
Un puente entre dos tierras
Por: Mijail Peralta Rodríguez Gerente de Cultura
Mariano Hernández se mueve con soltura entre dos tierras. Por un lado, se trata de un artista archiconocido por la recolección de experiencias y estampas del Carnaval dominicano (donde quiera que lo haya), a tal grado que el Ministerio de Cultura en el 2020, le hizo un reconocimiento como fotógrafo del carnaval, un honor que esgrime con una sonrisa luminosa.
Pero, por otro lado, Mariano ha construido una relación estrecha y fructífera con el mundo de la plástica, prestando su lente a documentar y sistematizar las colecciones más importantes de este país y los trabajos de los maestros y emergentes que forman parte del inventario artistas dominicano e internacional. Esos son los dos territorios de Mariano Hernández y a estas alturas es imposible sacarlo de uno o del otro sin quitarle al artista del lente (Jimaní, 1954) el aliento, la vida, sin que signifique quitarle la libertad.
De manera que por esa pasión que siente Mariano por ambas cosas, por el carnaval y por el arte en general, y también alentado por la amistad que tiene con Juampa, personaje icónico del carnaval de Cotuí, decidió hace casi 10 años embarcarse en este proyecto que este Centro Cultural BanReservas tiene el honor de acoger en su sala de exposiciones Ada Balcácer. La premisa es sencilla: 39 artistas aplican su arte en la cabeza de Juampa, en trabajos perecederos que el lente de Mariano logra dar vigencia y eternidad.
La exposición “El Arte en la Cabeza” es el resultado de esta búsqueda en la que Mariano se queda en el medio como, un puente que sirve de paso entre dos puntos álgidos de nuestra cultura y dos elementos por los que los amantes del arte y la cultura vibran intensamente.
Es una exposición de carnaval tanto como un homenaje al arte dominicano y justamente con esa mirada es con la que se recomienda participar de este emocionante proyecto.
En el arte, si se quiere, se puede
Por: Juan Francisco de Jesus Vasquez Acosta (Juampa)
Cuando el hombre puede expresar lo que ve o lo que imagina por medio de la materia o la imagen, está asistiendo a la más placentera, personal y privada cita con la creatividad, invitado por los colores y el sentimiento a los que solo puede darle forma quien en realidad es un artista.
Igualmente, cuando existen seres a los que no les intimida decidirse a aventuras quijotescas como las de convertir en realidad quimeras que a los ojos de cualquier mortal parecen inalcanzables, es porque sus espíritus son tan libres y sus pensamientos vuelan con tanta facilidad que en sus cerebros no existe la palabra “imposible”. Esta exposición forma parte de un proyecto que no fue soñado, acariciado, concebido, pensado, analizado, puesto a prueba ni nada de lo que usualmente los expertos en marketing hacen para saber las probabilidades de éxito que tendría y si realmente valía la pena hacerlo considerando los costos de producción y los beneficios económicos que de él se desprenderían, así como los riesgos de fracaso, porque simplemente los que creímos en esta utopía, nunca vimos otra cosa que no fuera una manifestación del arte. Me llena de satisfacción ver cómo se involucraron tantos artistas en este proyecto sin imaginar el producto final del mismo. A ellos les agradezco que me hicieran sentir una y otra vez la catarsis que me produce transformar mi rostro en una obra de arte, resaltando y valorando mi identidad.
Gracias al artista y maestro del lente Mariano Hernández Betances, a quien se le ocurrió un día del mes de noviembre del 2014 llamarme para que me pintara en su casa mientras me hacía fotos. Hoy esto es un aporte a la plástica de la República Dominicana.
Sería mezquino de mi parte no reconocer la apertura y la acogida de este proyecto por parte del Banco de Reservas, una institución que se ha caracterizado por resaltar los valores culturales de nuestro país con su política de creer en el talento dominicano. Gracias por el apoyo brindado.
Un divertimiento exquisito
Por: Mariano Hernández
En noviembre del 2014 invité a Juampa a mi casa para fotografiarlo en el momento del proceso en que le pintasen una máscara rostro, desde su inicio hasta su final, para realizar un “TIME- LAPSE” y participar en la 28a Bienal Nacional de Artes Visuales. Junto a nosotros estaba la señora Mery Espejo, la cual me solicitó hacer ella lo mismo de pintar a Juampa para crear otra máscara rostro, a lo que Juampa y yo accedimos, y cuando ella realizaba su obra surgió la chispa que inició este magnífico y divertido proyecto. Desde mis inicios en la fotografía he documentado el Carnaval Dominicano, así como también la plástica nacional, creando un vínculo afectivo con carnavaleros y artistas. Es debido a esto que luego que pasaron las fiestas navideñas se me ocurrió hacer una lista de varios pintores amigos de la “generación del 80” (a la cual pertenezco) y a otros de distintos períodos de la plástica nacional e internacional, para que intervinieran la cabeza de Juampa utilizando la paleta de colores que los caracteriza, creando así una máscara distintiva de su obra.
Así la lista, sin proponérnoslo, fue creciendo, y amigos que se enteraron del proyecto me fueron solicitando su participación, y aún faltan muchos más que se quedaron para una futura segunda edición.
Esteproyectoquecuentaconunvideodocumental,unlibroyunaexposiciónsefuedesarrollando, como nos dijera Fernando Peña Defilló “Esto más que un trabajo es un divertimiento exquisito” y así fuimos de taller en taller de los artistas participantes, donde en cada ocasión tenemos una anécdota y unas vivencias inolvidables.
De 40 artistas que nos acompañaron, 6 de ellos ya no están con nosotros y es una gran tristeza, ya que como mencioné anteriormente, los lazos de nuestra amistad se hicieron más fuertes entre nosotros y todo el equipo involucrado.
Agradezco grandemente la colaboración desinteresada y entusiasta de todos los artistas y finalmente, pero no menos importante, al Banco de Reservas de la República Dominicana, por acoger y realizar este proyecto tan novedoso, diferente y único.
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