El tema del Arte Público, de sus fallas, de su necesidad, de su reformulación, surge periódicamente, cuando sucede algún motivo de pesar en una materia, estética y espacial, tan importante. Luego, volvemos a la indiferencia y preferimos cerrar los ojos… ante obras incalificables y la falta de otras que correspondan al mega-desarrollo de Santo Domingo y a talentos artísticos desestimados.
Sin embargo, la ausencia de esculturas al aire libre en plazas y vías de circulación – donde todavía el transeúnte camina y descansa - debe constituir una permanente preocupación y un anhelo de cambio radical, cuando se cree en el arte como fuente de educación, de placer, de embellecimiento de la ciudad. La escultura es la categoría y expresión más destacada y atractiva en el entorno urbano.
Si se quiere aproximar al gran público de la creación visual y escultórica en particular, esa debe ir a su encuentro y formar parte de su ambiente. Al alzarse esculturas monumentales, impactantes por su creatividad y su técnica, sus formas y sus volúmenes, estas llamarán positivamente la atención, ¡y no solamente en sitiales privilegiados! En barrios y ensanches, los miradores las miran, se fotografían junto a ellas, en fin son parte de su vida diaria, si, por casi milagro, una obra de arte allí se colocó para el disfrute de todos…
Artistas y concursos
Ahora bien, el arte público debe preocuparnos igualmente por quienes realizan las obras. Con mucha frecuencia y sobrada razón, han analizado y comentado la dramática situación de la escultura dominicana por la penosa situación de los escultores… que atraviesan muy graves dificultades por la escasez de clientes, trátese de particulares o de instituciones, hasta la ausencia de premios para los mejores en las Bienales nacionales. Nos alegramos por las exposiciones de escultores magistrales de modernidad tradicional y las pocas muestras de nueva escultura; pero, estas manifestaciones -por estupendas que sean- no resuelven el problema de la escultura nacional.
En esta situación de carencia, el acceso a la escultura monumental y las oportunidades de participar en el arte público, deberían hacerse por la vía de concursos. Cuando un organismo, una institución, una municipalidad idean y gestan un proyecto de escultura urbana, sea puramente ornamental, patriótica o social, convocarían y celebrarían un certamen, abierto a todos los escultores profesionales del país.
De las propuestas recibidas, saldrían finalistas –compensados-, y el ganador, encargado de realizar la obra. Así, la estatuaria heroica, la más frecuente en nuestro arte público, resultará con alta calidad, desde el enfoque conceptual hasta la ejecución, sin olvidar instalación y montaje adecuados. Otra opción a considerar consiste en escoger a un escultor de formación, trayectoria y reputación indiscutibles, pero la vía del concurso es más justa y satisfactoria en la coyuntura actual.
Bustos cuestionados
Últimamente, se ha preferido la designación directa de un escultor, y los resultados no han sido felices, merecedores de las más duras y a veces feroces críticas. Nos referimos –y es motivación central de este artículo-, a los bustos de los Padres de la Patria,
de Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez, Ramón Matías Mella, y a la petrificación del escudo nacional, colocados en cuatro extremos de la Plaza de la Bandera. Hasta nos dolió ver a gente sonreírse ante la efigie de Juan Pablo Duarte…
No cabe duda de que son obras menos que mediocres, siendo el más agraviado en su tratamiento e imagen Juan Pablo Duarte, el menos lesionado Ramón Matías Mella. De patrón realista e intento neo-clásico, dotados de enormes pedestales (¿?), lucen torpes con un toque algo “naíf”, y empequeñecen a sus magnos e ilustres modelos, en vez de una veneración por el arte. Más que una valoración negativa de esos “in-significantes” bustos, ya comentados hasta la saciedad en redes sociales y prensa, vilipendio del escultor incluido, aspiramos, como muchos ciudadanos, a que cambie el proceso y encargo del arte público, la escultura monumental especialmente. ¡Tantas voces han clamado al respecto que, al fin, hay esperanza de que sean escuchadas!
La Plaza de la Bandera, extenso y máximo homenaje al símbolo patrio, arco de triunfo por el soldado desconocido, ha tenido poca suerte. Si hoy se le reconoce, sufrió críticas por su escala y formato “mussoliniano”, durante años estuvo expuesta al deterioro, padeció hasta la aberración de una réplica de la Tour Eiffel… Las nuevas esculturas provocan bochorno, en vez de contribuir a engrandecer un sitial de la nación.
Precedente
Tenemos presente, con nostalgia, el Bulevar de la 27 de Febrero, una notable iniciativa, que permitió disfrutar excelentes obras de maestros dominicanos de la escultura. Es verdad que estuvo mal ubicado, no mantenido, expuesto a una intensa contaminación destructora, hostil para que cruce el peatón, etc… Pero, en términos de arte público, su nivel es incuestionable y puede repetirse.
Actualmente, asistimos, predominando retratos y bustos, a un retroceso estilístico y cualitativo… hasta en los materiales: así suelen sustituir el bronce por una “pintura-patina” dorada sobre yeso o resina. Llegamos a apreciar las añejas estatuas, ecuestres incluidas…
Con una introspección sincera de los responsables, con consultas a encargados competentes, con certámenes abiertos y atractivos, la suerte del arte público nuestro cambiaría para beneficio de los escultores y de todos los dominicanos.
Zoom / Murales
Los murales son otra forma de arte público, que, actualmente, se está desarrollando, pero de manera muy desigual. Hemos de saludar la iniciativa del Teleférico y de Limber Vilorio, ejecutivo de la selección de artistas, por los murales que se van realizando, a cargo de diferentes artistas. A nivel de la calle, y más desde las alturas, se observan pinturas llamativas, frescas, encantadoras aun.
¡Dicen que los moradores las sienten como suyas!
The theme of Public Art, of its failures, of its need, of its reformulation, arises periodically, when there is some reason for weighing in such an important, aesthetic and spatial matter. Then, we return to indifference and prefer to close our eyes ... to unqualifiable works and the lack of others that correspond to the mega-development of Santo Domingo and dismissed artistic talents. However, the absence of outdoor sculptures in squares and roads - where the passer-by still walks and rests - must be a permanent concern and a yearning for radical change, when art is believed as a source of education, pleasure , of beautification of the city. Sculpture is the most prominent and attractive category and expression in the urban environment. If you want to approach the general public of visual and sculptural creation in particular, that should meet you and be part of your environment. When raising monumental sculptures, impressive for their creativity and technique, their forms and volumes, they will attract attention, and not only in privileged seats! In neighborhoods and extensions, the viewpoints look at them, they are photographed next to them, they are finally part of their daily life, if, almost by miracle, a work of art there was placed for everyone's enjoyment ...
Artists and competitions
Now, public art must also care about those who perform the works. Very often and with plenty of reason, they have analyzed and commented on the dramatic situation of Dominican sculpture due to the plight of the sculptors ... who are going through very serious difficulties due to the shortage of clients, whether they are individuals or institutions, until the absence of prizes for the best in the national Biennials. We are glad for the exhibitions of master sculptors of traditional modernity and the few samples of new sculpture; But, these manifestations - great as they are - do not solve the problem of national sculpture. In this situation of lack, access to monumental sculpture and opportunities to participate in public art should be done through competitions. When an organism, an institution, a municipality devise and create an urban sculpture project, whether purely ornamental, patriotic or social, they would convene and hold a contest, open to all professional sculptors in the country. From the proposals received, finalists-compensated-and the winner, in charge of carrying out the work, would come out. Thus, the heroic statuary, the most frequent in our public art, will result in high quality, from the conceptual approach to the execution, without forgetting proper installation and assembly. Another option to consider is to choose a sculptor of undisputed formation, trajectory and reputation, but the path of the contest is more fair and satisfactory at the current juncture.
Busts questioned
Lately, the direct designation of a sculptor has been preferred, and the results have not been happy, deserving of the toughest and sometimes fierce criticisms. We refer - and is the central motivation of this article - to the busts of the Fathers of the Fatherland, Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez, Ramón Matías Mella, and the petrification of the national shield, placed at four ends of the Plaza de la Bandera. It even hurt us to see people smile at the effigy of Juan Pablo Duarte ... There is no doubt that they are less than mediocre works, being the most aggrieved in his treatment and image Juan Pablo Duarte, the least injured Ramón Matías Mella. With a realistic pattern and neo-classical intent, endowed with huge pedestals (?), They look clumsy with a somewhat "naive" touch, and dwarf their great and illustrious models, instead of a veneration for art. More than a negative assessment of these “in-significant” busts, already commented to the full in social networks and press, vilification of the sculptor included, we aspire, like many citizens, to change the process and commission of public art, monumental sculpture especially. So many voices have cried about it that, finally, there is hope that they will be heard! The Plaza de la Bandera, extensive and maximum tribute to the national symbol, arc of triumph for the unknown soldier, has had little luck. If he is recognized today, he suffered criticism for his scale and “mussolinian” format, for years he was exposed to deterioration, he suffered until the aberration of a replica of the Eiffel Tower… The new sculptures cause embarrassment, instead of contributing to enlarge a seat of the nation.
Preceding
We have nostalgia in mind, the Boulevard of February 27, a remarkable initiative, which allowed us to enjoy excellent works of Dominican masters of sculpture. It is true that it was poorly located, not maintained, exposed to intense destructive, hostile pollution to cross the pedestrian, etc ... But, in terms of public art, its level is unquestionable and can be repeated.
Currently, we attend, predominantly portraits and busts, a stylistic and qualitative retreat ... even in the materials: this way they usually replace the bronze with a golden “paint-patina” on plaster or resin. We get to appreciate the old statues, equestrian included ...
With a sincere introspection of those responsible, with consultations to competent managers, with open and attractive events, the fate of our public art would change for the benefit of sculptors and all Dominicans.
Zoom / Murals
Murals are another form of public art, which is currently being developed, but very unevenly. We must greet the initiative of the Cable Car and Limber Vilorio, executive of the selection of artists, for the murals that are being made, by different artists. At street level, and more from the heights, there are striking paintings, fresh, even charming.
They say that the inhabitants feel like yours!