“Ver no es creer, sino interpretar. Las imágenes visuales tienen éxito o fracasan en la medida en que podemos interpretarlas satisfactoriamente”.
Nicholas Mirzoeff
Por: CLARA SILVESTRE / Febrero 6, 2021 / Nacional / OCA|News
Es miembro de la: Asociación Dominicana de Críticos de Arte (ADCA) / Asociación Internacional de Críticos de Arte AICA) / Licenciatura en Historia y Crítica de Arte / Estudios de Periodismo y Comunicación.
*En esta edición incluimos el famoso documental de John Berger | El Arte de Ver / Episodio #1 de 4 / 1972
Los estudios de la cultura visual nos plantean una sociedad interconectada y visualizada, donde los acontecimientos visuales son su campo de interés. En esta dinámica, la imagen es la protagonista, en donde existe un sujeto que mira y observa que no es más que el espectador. La cotidianidad ya ha trasladado sus fueros a las pantallas de los celulares y los ordenadores.
En un mundo cambiante, los estudiosos de la cultura visual se plantean nuevos retos y cuestionantes tanto en forma y contexto, lo que conlleva a nuevas maneras de ver y de entender. Este texto plantea diversos puntos de vista de estudios sobre el tema, en el interés de llegar a una mejor comprensión sobre la cultura visual, la imagen, sus implicaciones y trascendencia, la educación, la cultura visual digital y la alfabetización visual que se constituyen en necesidades imperantes para la contemporaneidad.
Los tiempos contemporáneos trajeron consigo grandes cambios en nuestra forma de vida, dando total protagonismo a la imagen. Definitivamente, las imágenes conviven con nosotros y nosotros con ellas. Las encontramos en las vallas y carteles publicitarios, en muros y edificaciones, en espacios públicos y, por supuesto, en los espacios virtuales. Resulta imposible escapar de su impacto.
Una nueva era donde lo cotidiano es expuesto ante el mundo, de ahí que se consigne que vivimos en un “mundo visualizado”. Si a la televisión se le debe la aceptación y divulgación de la cultura de la imagen, al internet y las redes informatizadas se le reconoce la interconexión interactiva a través de la pantalla y la configuración de comunidades globales que trascienden los límites territoriales hasta participar en colectivo, indiscutiblemente “conectado”.
La cotidianidad se vive en las pantallas a través de una carga constante de imágenes. La inmediatez y lo que podríamos llamar “flash-moment” acaparan la atención. Cualquier suceso puede ser grabado y expuesto a la vista de todos al instante. Y aunque a veces nos quejamos por la saturación de imágenes de todos lados, podríamos decir que, en realidad, nos agrada.
En opinión de Munnigh (2017): “Las imágenes nos rodean, nos invaden, nos sofocan. Se suceden y consumen una tras otra ante nuestra mirada curiosa. Nos provocan y estimulan a tal punto que llegamos a confundir la realidad misma con su representación visual. Las percibimos con una actitud bastante pasiva, las aceptamos sin más, como si formaran parte de un orden natural del mundo. Las comentamos a veces las discutimos con pasión, pero rara vez las leemos. Ellas están ahí y esperan por nosotros.
En su libro Pensar la imagen, pensar la mirada, Munnigh asegura que la lectura crítica de las imágenes nos plantea preguntas por responder: ¿Qué significa una imagen? ¿Tiene algún significado? ¿Es espontánea o intensional? ¿Qué y quién se esconde detrás de una imagen? Y nuestra mirada, ¿qué dice? Y cómo es: ¿casual o intensional? ¿Cómo pensar la imagen y cómo pensar la mirada? ¿Y cuál es la relación entre la imagen y la mirada? Toda imagen, estática o en movimiento, supone siempre un sujeto que mira y observa: el espectador. ¿Ese espectador estructura con su mirada el objeto mirado? ¿La mirada es de por sí dirigida y estructurada? ¿De qué nos hablan todas las imágenes? ¿Cuál es nuestra relación con ellas como espectadores “posmodernos”? ¿Cómo modifican nuestra visión del mundo? ¿Y qué significan para nuestras vidas?
Pero ¿cómo se define el concepto de imagen? William J. T. Mitchell, quien en las últimas décadas se ha dedicado a los estudios referentes a la visualidad, ha definido imagen como gráfica (diseño, pintura, escultura), óptica (proyecciones espejos), perceptiva (apariencias, información sensorial), mental (memorias, ideas, sueños) y verbal (metáforas, descripciones).
En esta edición incluimos el famoso documental de John Berger | El Arte de Ver / Episodio #1 de 4 / 1972 / * En la aplicación YouTube poner el lenguaje en español.
Para John Berger(1926-2017) una imagen es una visión que ha sido recreada o reproducida. Es una apariencia, o conjunto de apariencias, que ha sido separada del lugar y el instante en que apareció por primera vez y preservada por unos momentos o unos siglos. “Toda imagen encarna un modo de ver e incluso una fotografía, pues las fotografías no son como se supone a menudo, un registro mecánico. Cada vez que miramos una fotografía somos conscientes, aunque sólo sea débilmente, de que el fotógrafo escogió esa vista de entre una infinidad de otras posibles. Esto es cierto, incluso para la más despreocupada instantánea familiar. El modo de ver del fotógrafo se refleja en su elección del tema. El modo de ver del pintor se reconstituye a partir de las marcas que hace sobre el lienzo o el papel. Sin embargo, aunque toda imagen encarna un modo de ver, nuestra percepción o apreciación de una imagen depende también de nuestro propio modo de ver”.
En el programa televisivo Modos de ver, creado por John Berger en 1972, este crítico de arte y pintor británico se dispuso a estudiar cómo nuestros modos de ver afectan a la forma de interpretar. Respecto al modo de ver, el profesor e investigador Odalís Pérez explica: “el modo de ver implica un grado intensivo y un grado extensivo de lo sensible y de lo perceptivo, siendo así que la definición misma de la imagen constituye, particulariza y hace posible el contexto estético y valorativo, justamente en el contacto entre espectador y objeto visual representado”. En el mismo contexto, destaca que “tanto la sensación como la percepción se conocen como dos fondos donde la imagen puede ser captada como estructura estética y donde lo visual se expresa basándose en categorías y formas de lo visible”.
En ese mismo orden, el teórico de la cultura visual y profesor en el Departamento de Medios, Cultura y Comunicación de la Universidad de Nueva York, Nicholas Mirzoeff, en su libro Introducción a la cultura visual (2009), plantea: “Ver no es creer, sino interpretar. Las imágenes visuales tienen éxito o fracasan en la medida en que podemos interpretarlas satisfactoriamente”.
Mirzoeff defiende la cultura visual como la relación entre el espectador y la imagen a la que mira, la cual tiene sus orígenes en la filosofía de Platón, quien creía que los objetos que encontramos en la vida cotidiana, incluyendo las personas, son sencillamente malas copias del perfecto ideal de dichos objetos.
A la pregunta: ¿Qué es la cultura visual? Nicolas Mirzoeff, teórico de la cultura visual y profesor en el Departamento de Medios, Cultura y Comunicación de la Universidad de Nueva York, responde: “La vida moderna se desarrolla en la pantalla. Ahora, la experiencia humana es más visual y está más visualizada que antes. En esta espiral de imaginería, ver es más importante que creer. No es una mera parte de la vida cotidiana sino la vida cotidiana en sí misma”.
Entre las consideraciones expuestas en su publicación, señala que la cultura visual se centra en lo visual como lugar en el que se crean y discuten los significados, apartando nuestra atención de lo que llama “escenarios de observación estructurados y formales”, como clasifica el cine o un museo y centralizando en la experiencia visual de la vida cotidiana, entendiendo también que la imagen visual no es estable, sino que cambia su relación con la realidad externa en los determinados instantes.
Hoy se habla de arte digital: dibujo, pintura, fotografía y escultura digitales. Se considera expresión artística y conlleva un proceso creativo, donde se crean imágenes digitales utilizando la tecnología. En 2003, Andrew Darley la editorial Paidós publica el libro Cultura visual digital: Espectáculo y nuevos géneros en los medios de comunicación, y su autor Andrew Darley, reflexiona acerca de las repercusiones de la cultura digital en las teorías que se ocupan del papel del espectador, apuntando que “los nuevos géneros visuales” comprendidos dentro de la cultura de masas, estaban produciendo nuevos tipos de espectadores; además del efecto de éstos sobre las experiencias propias de la cultura visual.
No cabe la menor duda de que la sociedad actual ha asumido el entretenimiento digital, partiendo desde los videojuegos y llegando hasta los espectáculos virtuales. Los métodos tradicionales de creación y producción se han visto delegados por las tecnologías digitales emergentes que cada día amplían sus recursos a través de herramientas que posibilitan el desarrollo de una idea, un proyecto, una obra o una película.
Hoy, los llamados memes, stories y contenidos virales no solo son parte de la cultura visual digital, sino que se enseña en la universidad. Un ejemplo de ello es que en la Universidad de Nebrija imparte Cultura Visual Digital: memes, stories y contenidos virales, como una asignatura interdisciplinar. En ella se enseña a los alumnos a aprender técnicas de comunicación persuasivas a través de la creación de memes, stories de Instagram, fanvids, fandoms, videojuegos o vídeos en Tik Tok, entre otros., así como analizar estrategias de compromiso emocional y discursos sociales e ideológicos y mediáticos.
Evidentemente, la tecnología ha permitido ampliar los horizontes de la educación, a través de nuevos soportes de aprendizaje que facilitan el proceso y posibilitan la experiencia visual, estética y comunicativa.
Fernando Miranda, docente del Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes, afirma: “Decir y hacer hoy en educación, y particularmente en educación artística, implica preocuparse por conocer el contexto; ordenar las reflexiones en torno a los movimientos actuales del arte y la educación; acercarse a las condiciones de la visualidad contemporánea; y reconocer las nuevas formas de ser espectador en un sentido tan activo como el que reclamamos para ser estudiante”.
Miranda considera que en la agenda de la educación artística no debe faltar la reflexión sobre la cultura visual y las condiciones de producción de la imagen y el arte en la época contemporánea.
En ese sentido, Leonardo Charréu asegura que “la educación de la cultura visual es, también, una oportunidad para pensar una escuela y un currículo de modo diferente”, cuestionando el modelo jesuítico tradicional insertado en el sistema educativo, el cual ha vuelto y sigue volviendo por la forma y el largo tiempo de su implementación y consolidación. “La cultura visual busca rescatar al individuo del interior de una cultura individualista y alienante, donde fue arrojado por su sociedad que, en la afirmación de Naomi Klein (2002), ya se asentó definitivamente en el consumo. En esta sociedad se desarrolla lo que el sociólogo Boaventura Sousa Santos (2007) llama “razón perezosa” (“razão indolente” en el original portugués), un epíteto que atribuye a formas acomodadas”.
En el trabajo titulado Imagen y Pedagogía de la autoría de Ángela María Díaz Martínez (2009) citado por Inés Asensio Sahara en su tesis titulada Lectura de imágenes: nuestra identidad cultural a través de la cultura visual, Díaz apunta que “educar a través de la imagen implica un cambio de mentalidad y de formación permanente con modelos pedagógicos innovadores. Una manera muy eficaz de cuestionar las imágenes es a través de “imágenes fijas que desafíen sus capacidades cognitivas y su escala de valores”.
En un mundo contemporáneo se hace necesario conocer los signos y códigos que permiten una adecuada comprensión de las imágenes, y para que se lleve a cabo una “alfabetización visual” la cultura visual es vital. En el ensayo titulado “Una imagen para la historia”, Saavedra Luna afirma. Cito: “La imagen muestra aspectos de la cultura de acuerdo con los códigos específicos de cada espacio geográfico, temporal y social. Y no sólo códigos de significado sino también de representación, aceptados por la colectividad.”
Gómez y Agustín, en Polisemias visuales. Aproximaciones a la alfabetización visual en la alfabetización visual en la sociedad intercultural, esbozan que como objetivos de la alfabetización visual se encuentran: desarrollar competencias que permitan la codificación-decodificación de la información visual y favorecer los procesos de comprensión de la realidad, entendiéndose que permite la autonomía de las personas. Otro concepto abordado por las autoras es el de “alfabetización intercultural”, por el hecho de que se hace necesario entender las culturas en relación con sus contextos sociales e históricos.
La cultura visual es un hecho universal, material, palpable y envolvente, no excluyente. La emotividad, la provocación, las emociones son ámbitos personales que se suplen de lo visual para la recreación espiritual. Vivimos en un mundo que entiende mediante lo visual, constituyéndose en característica innegable de nuestra era.
VISUAL CULTURE: Look | Interpretation
By: CLARA SILVESTRE / January 6, 2021 / National / OCA | News
Dominican Association of Art Critics (ADCA) / International Association of Art Critics (AICA) / Bachelor of Art History and Criticism / Journalism and Communication Studies / Master of Visual Arts.
Studies of visual culture present us with an interconnected and visualized society, where visual events are its field of interest. In this dynamic, the image is the protagonist, where there is a subject who looks and observes that he is only the spectator. Everyday life has already transferred its privileges to the screens of cell phones and computers.
In a changing world, students of visual culture pose new and questioning challenges in both form and context, leading to new ways of seeing and understanding. This text raises various points of view of studies on the subject, in the interest of reaching a better understanding of visual culture, the image, its implications and significance, education, digital visual culture and visual literacy that are constituted in prevailing needs for contemporaneity.
Contemporary times brought great changes in our way of life, giving full prominence to the image. Definitely, the images coexist with us and we with them. We find them on billboards and billboards, on walls and buildings, in public spaces and, of course, in virtual spaces. It is impossible to escape its impact.
A new era where the everyday is exposed to the world, hence it is stated that we live in a “visualized world”. If the acceptance and dissemination of the culture of the image is owed to television, the internet and computerized networks are recognized for interactive interconnection through the screen and the configuration of global communities that transcend territorial limits to participate in a collective , indisputably "connected".
Everyday life is lived on screens through a constant load of images. The immediacy and what we could call "flash-moment" grab the attention. Any event can be recorded and displayed for all to see instantly. And although we sometimes complain about the saturation of images from all sides, we could say that we actually like it.
In the opinion of Munnigh (2017): “Images surround us, invade us, suffocate us. They follow and consume one after another before our curious gaze. They provoke and stimulate us to such an extent that we get to confuse reality itself with its visual representation. We perceive them with a rather passive attitude, we accept them without further ado, as if they were part of a natural order of the world. We comment on them, sometimes discuss them passionately, but rarely do we read them. They are there and waiting for us.
In his book Thinking the Image, Thinking the Look, Munnigh ensures that the critical reading of images raises questions to answer: What does an image mean? It has any meaning? Is it spontaneous or intentional? What and who is hiding behind an image? And what does our look say? And how is it: casual or intensional? How to think the image and how to think the look? And what is the relationship between the image and the gaze? Every image, static or moving, always supposes a subject who looks and observes: the viewer. Does that spectator structure the object viewed with his or her gaze? Is the gaze in itself directed and structured? What do all the images tell us about? What is our relationship to them as "postmodern" viewers? How do they change our view of the world? And what do they mean for our lives?
But how is the concept of image defined? William JT Mitchell, who in recent decades has devoted himself to studies related to visuality, has defined image as graphic (design, painting, sculpture), optical (mirror projections), perceptual (appearances, sensory information), mental (memories , ideas, dreams) and verbal (metaphors, descriptions).
For John Berger (1926-2017) an image is a vision that has been recreated or reproduced. It is an appearance, or set of appearances, that has been separated from the place and the moment in which it first appeared and preserved for a few moments or a few centuries. “Every image embodies a way of seeing and even a photograph, since photographs are not, as is often supposed, a mechanical record. Every time we look at a photograph we are aware, even if only dimly, that the photographer chose that view from among an infinity of possible others. This is true, even for the most carefree family snapshot. The way the photographer sees is reflected in his choice of subject. The way of seeing of the painter is reconstituted from the marks that he makes on the canvas or the paper. However, although every image embodies a way of seeing, our perception or appreciation of an image also depends on also from our own way of seeing ”.
In the television program Ways of seeing, created by John Berger in 1972, this British art critic and painter set out to study how our ways of seeing affect the way we interpret. Regarding the way of seeing, the professor and researcher Odalís Pérez explains: “the way of seeing implies an intensive degree and an extensive degree of the sensible and the perceptual, being thus that the very definition of the image constitutes, particularizes and makes possible the aesthetic and evaluative context, precisely in the contact between the spectator and the visual object represented ”. In the same context, he highlights that “both sensation and perception are known as two backgrounds where the image can be captured as an aesthetic structure and where the visual is expressed based on categories and forms of the visible”.
In the same order, the theorist of visual culture and professor at the Department of Media, Culture and Communication at New York University, Nicholas Mirzoeff, in his book Introduction to visual culture (2009), states: “Seeing is not believe, but interpret. Visual images succeed or fail to the extent that we can interpret them satisfactorily ”.
Mirzoeff defends visual culture as the relationship between the viewer and the image they are looking at, which has its origins in the philosophy of Plato, who believed that the objects we find in everyday life, including people, are simply bad copies. of the perfect ideal of these objects.
To the question: What is visual culture? Nicholas Mirzoeff, theorist of visual culture and professor in the Department of Media, Culture and Communication at New York University, responds: “Modern life unfolds on the screen. Now, the human experience is more visual and more visualized than before. In this spiral of imagery, seeing is more important than believing. It is not a mere part of everyday life but everyday life itself ”.
Among the considerations presented in his publication, he points out that visual culture focuses on the visual as a place where meanings are created and discussed, diverting our attention from what he calls “structured and formal observation scenarios”, as the cinema classifies or a museum and focusing on the visual experience of everyday life, also understanding that the visual image is not stable, but changes its relationship with external reality at certain times.
Today we talk about digital art: digital drawing, painting, photography and sculpture. It is considered artistic expression and involves a creative process, where digital images are created using technology. In 2003, Andrew Darley, the Paidós publishing house, published the book Digital visual culture: Spectacle and new genres in the media, and its author, Andrew Darley, reflects on the repercussions of digital culture on theories that deal with the role of the spectator. , pointing out that "the new visual genres" included within mass culture were producing new types of spectators; in addition to the effect of these on the experiences of visual culture.
There is no doubt that today's society has embraced digital entertainment, starting from video games and reaching virtual shows. Traditional methods of creation and production have been delegated by emerging digital technologies that every day expand their resources through tools that enable the development of an idea, a project, a work or a film.
Today, the so-called memes, stories and viral content are not only part of the digital visual culture, but are taught in the university. An example of this is that at the University of Nebrija he teaches Digital Visual Culture: memes, stories and viral content, as an interdisciplinary subject. In it, students are taught to learn persuasive communication techniques through the creation of memes, Instagram stories, fanvids, fandoms, video games or videos on TikTok, among others, as well as analyze emotional engagement strategies and social and social discourses. ideological and media.
Obviously, technology has made it possible to broaden the horizons of education, through new learning supports that facilitate the process and make visual, aesthetic and communicative experience possible.
Fernando Miranda, professor at the Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes, affirms: “Saying and doing today in education, and particularly in art education, implies worrying about knowing the context; order the reflections on the current movements of art and education; get closer to the conditions of contemporary visuality; and to recognize the new ways of being a spectator in a sense as active as the one we demand to be a student ”.
Miranda believes that the art education agenda should not be missing the rreflection on visual culture and the conditions for the production of images and art in contemporary times.
In this sense, Leonardo Charréu assures that "the education of visual culture is also an opportunity to think about a school and a curriculum in a different way", questioning the traditional Jesuit model inserted in the educational system, which has returned and continues returning for the form and the long time of its implementation and consolidation. “Visual culture seeks to rescue the individual from the interior of an individualistic and alienating culture, where he was thrown by his society which, in the affirmation of Naomi Klein (2002), has already settled definitively on consumption. In this society, what the sociologist Boaventura Sousa Santos (2007) calls “lazy reason” (“indolent reason” in the original Portuguese) develops, an epithet that he attributes to well-off forms ”.
In the work entitled Image and Pedagogy by Angela María Díaz Martínez (2009) cited by Inés Asensio Sahara in her thesis entitled Reading images: our cultural identity through visual culture, Díaz points out that “educate through Image implies a change of mentality and permanent training with innovative pedagogical models. A very effective way to question images is through "still images that challenge your cognitive abilities and your scale of values."
In a contemporary world, it is necessary to know the signs and codes that allow an adequate understanding of images, and for a “visual literacy” to take place, visual culture is vital. In the essay entitled "An image for history", Saavedra Luna affirms. I quote: “The image shows aspects of culture according to the specific codes of each geographical, temporal and social space. And not only codes of meaning but also of representation, accepted by the community. "
Gómez and Agustín, in visual polysemias. Approaches to visual literacy in visual literacy in intercultural society, outline that the objectives of visual literacy are: develop skills that allow the encoding-decoding of visual information and favor the processes of understanding reality, understanding that it allows the autonomy of people. Another concept addressed by the authors is that of “intercultural literacy”, due to the fact that it is necessary to understand cultures in relation to their social and historical contexts.
Visual culture is a universal, material, palpable and enveloping fact, not exclusive. Emotion, provocation, emotions are personal areas that are supplemented with the visual for spiritual recreation. We live in a world that understands through the visual, becoming an undeniable characteristic of our era.
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