En el imaginario lúdico del deseo: Ada Volaba / Autozama – Mercedes Benz // Ada Balcácer
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Simbolismo lúdico en la plástica de la obra humanista de la
pintora dominicana, Ada Balcácer
Auspiciado por: AUTOZAMA–Mercedes Benz
AVE. WINSTON CHURCHILL, 235 / ENS. PARAISO, STO. DGO., R.D.
Texto crítico: PEDRO DELGADO MALAGÓN
Ada/hada volando a los 88
OCA|News Ada Balcácer / Miércoles 6 de Agosto, 2025 / Nacional
Usted debe tomar ciertas precauciones antes de observar estas figuras saturadas, estos extrañamientos coloreados, como frases orgánicas que se rehacen en cadencias libres y viajan en la superficie del destello, en el espacio y la percepción del fuego primordial. Miramiento y cautela requerirá también frente al universo limpio y vertiginoso, ante el estallido poético y la toponimia incierta de unos paisajes descubiertos por el trémulo vaivén de unos ojos.
Parte del público, amigos, y clientes asistentes, a la exposición de Ada Balcácer, "Ada Volaba" en los salones de la Galería de Arte de AUTOZAMA–Mercedes Benz.

Será precisa, digamos, alguna dosis de prudencia para asomarse con tajante convicción a la sonoridad de estos símbolos, a la fragante transparencia, al suave arreglo de sus pigmentos. Le hará falta, de verdad, aproximarse a esa zona contigua entre claridad y sueño, entre realidad y sombra, y luego rasgar con su mirada el equilibrio de aquellos soles detenidos. Todo esto se lo recomiendo si acaso usted decidió sumergirse en esas placas de perpleja ecología que la pintora dominicana Ada Balcácer ha denominado Esculturas Vegetales.
En este experimento pictórico, Ada procura alcanzar volumetrías mediante los alardes de la luz, a través de la excitación de su paleta que persigue "la valorización contrastada del blanco y del negro". Ella expone que "en la realidad de luz y trópico, toda exaltación de luz y color debe crear los efectos de tridimensionalidad de la luz como valor máximo de expresión visual".
Pero el resultado viaja mucho más allá de lo propuesto, y estas imágenes superan significativamente su designio explícito: la materia escultórica. El ejercicio teórico, en este caso, es rebasado por los límites del ensueño. La formulación racional queda corta respecto al influjo penetrante de esta atmósfera. Antes que lograr un equivalente plástico de altos y bajos relieves, Ada ratifica que el dibujo y el color no son distintos en absoluto y que, como señaló Cezanne, "a medida que vamos pintando, dibujamos" y "que cuanto más se armoniza el color, más se precisa el dibujo".
Con todo, las Esculturas Vegetales admiten lecturas diversas. Habrá una conjunción de signos secretos, de personajes, de saberes, de doctrina y de arte encerrada en estos cuadros. Apariencias que se ocultan en la anchura matizada, figuras que adelgazan en la transgresión del claro/oscuro, rituales de diatriba extrapolados en el recinto tembloroso, efímeros contactos con la certeza y el dolor, consagración del color en sus contrastes simultáneos: en la danza silenciosa de sus cadencias virginales.
La coloración, en esta fase de Ada, alcanza toda su riqueza y la forma accede a la plenitud. Hemos visto una pintura intelectual, una propuesta elaborada, decisivamente simbólica, en la que el trópico deviene en un sintético catálogo de colores, en una epifanía, en un firmamento indemne, en un cosmos de soflamas intocadas.
Miguel Ángel Asturias, en las Leyendas de Guatemala, habría insinuado: "Los trópicos son el sexo del planeta". Pero en los cuadros de Ada desaparece esta noción del trópico húmedo, lúbrico, totalizante, invasivo, envolvente, barroco. La tropicalidad aquí es un concepto apenas luminoso, cromático, escueto, carente de morbidez. En Ada tampoco aparece el "horror vacui": el pánico frente al espacio vacío. Ella, sin pavor, lanza sus figuras señeras sobre una superficie plana y taciturna, encima de una roja y densa meseta que no cae. Es una crítica, en última instancia, a lo tópico del trópico: a la apabullante vegetación y al barro encarnado, al diluvio primordial e inexplicable.
Se podrían individualizar algunas de las fuentes de Ada Balcácer: acaso Matta, acaso Chagall, acaso Delaunay, acaso Oviedo. Dentro de estos lienzos, he descubierto la efigie de Ada-Víctima de la Moda, de Ada en la Pasarela Tropical, de Ada en El Verde Arrodillado, de Ada-Serpiente en la Revisión del Paraíso. La he mirado asimismo en el trayecto, en aquel entramado geométrico de curvas y alientos, de líneas y vértigos. "Quien ha de pintar una figura, si no puede convertirse en ella, no puede dibujarla", dijo Dante en la Canzoniere. Usted, así, habrá de verla caminar en lo profundo de estas Esculturas: Ada/hada que vuela, que huye, que viene hacia nosotros; Ada/Dafne transformada en laurel, como fugada del insomnio de su propia paleta.
Y entonces comprobará que el ejercicio pictórico de Ada Balcácer —como la religión, como el amor— constituye un trance de credulidad: un verdadero e irrenunciable acto de fe. (Comentarios acerca de la exposición pictórica “Esculturas Vegetales”)
Autozama–MercedesBenz
Las sociedades en el tiempo se han expresado en diferentes formas, dependiendo del área, personalidad y profesión de los individuos que la conforman, acorde a estas condiciones observamos sus manifestaciones. En Autozama, apoyamos con respeto y admiración la labor creativa de los artistas, sus expresiones directas e indirectas ayudan a la historia a que no se desvanezca, incentivando el progreso y el porvenir de sus naciones.
Felicitamos a Ada Balcácer y a sus representantes de Ossaye Casa de Arte, OCA
por su aporte cultural en nuestro espacio de Autozama, con nuestro apoyo a esta magnífica exhibición de las artes y a todos ustedes amantes del arte y la cultura por estar presentes.
Con todo el aprecio,
Ramón Ernesto Morales
Presidente: Autozama Mercedes-Benz

Ossaye Casa de Arte
“Si existe algo que siempre ha unido nuestro universo en Ossaye Casa de Arte, OCA, por encima de filosofías y fronteras, sin lugar a dudas es nuestro compromiso con la cultura y las artes, por lo que estas disciplinas representan para el desarrollo de la humanidad.
Creemos en sus valores, en sus niveles estéticos, y los procesos de realización que estas actividades nos confieren.
La creatividad produce un salto social al triunfo, al espíritu y a las trascendencias culturales, necesarias para el desarrollo de la cultura en nuestro país.”
Maria Del Carmen Ossaye
Directora: Ossaye Casa de Arte, OCA
In the playful imagination of desire: Ada Volaba / Autozama–Mercedes Benz // Ada Balcácer
By: PEDRO DELGADO MALAGÓN
Ada/Fairy Flying at 88
OCA|News Ada Balcácer / Wednesday, August 6, 2025 / National
You must take certain precautions before observing these saturated figures, these colored estrangements, like organic phrases that remake themselves in free cadences and travel on the surface of the flash, in the space and perception of the primordial fire. Consideration and caution will also be required when faced with the clean and vertiginous universe, before the poetic explosion and the uncertain toponymy of landscapes revealed by the tremulous swaying of eyes.
It will be necessary, let's say, a certain amount of prudence to peer with unwavering conviction into the sonority of these symbols, the fragrant transparency, the soft arrangement of their pigments. You will truly need to approach that contiguous zone between clarity and dream, between reality and shadow, and then tear with your gaze the balance of those frozen suns. I recommend all of this if you have decided to immerse yourself in those plates of perplexed ecology that the Dominican painter Ada Balcácer has called Plant Sculptures.
In this pictorial experiment, Ada seeks to achieve volumetric expression through displays of light, through the excitement of her palette that pursues "the contrasting valorization of black and white." She explains that "in the reality of light and tropics, any exaltation of light and color must create the effects of three-dimensionality of light as the highest value of visual expression."
But the result travels far beyond what is proposed, and these images significantly surpass their explicit design: the sculptural material. The theoretical exercise, in this case, is surpassed by the limits of reverie. Rational formulation falls short of the penetrating influence of this atmosphere. Rather than achieving a plastic equivalent of high and low reliefs, Ada confirms that drawing and color are not distinct at all and that, as Cézanne noted, "as we paint, we draw" and "the more the color is harmonized, the more precise the drawing becomes."
However, the Plant Sculptures admit diverse interpretations. There is a conjunction of secret signs, of characters, of knowledge, of doctrine, and of art enclosed in these paintings. Appearances hidden in nuanced width, figures that become thinner in the transgression of light/dark, rituals of diatribe extrapolated in the trembling enclosure, ephemeral contacts with certainty and pain, consecration of color in its simultaneous contrasts: in the silent dance of its virginal cadences.
In this phase of Ada's work, coloring reaches its full richness, and form attains plenitude. We have seen an intellectual painting, an elaborate, decisively symbolic proposal, in which the tropics become a synthetic catalog of colors, an epiphany, an unspoiled firmament, a cosmos of untouched harangues.
Miguel Ángel Asturias, in Legends of Guatemala, would have insinuated: "The tropics are the sex of the planet." But in Ada's paintings, this notion of the humid, lubricious, totalizing, invasive, enveloping, baroque tropics disappears. Tropicality here is a concept that is barely luminous, chromatic, concise, devoid of morbidity. Nor does Ada's "horror vacui" appear: the panic in the face of empty space. She, without fear, casts her outstanding figures onto a flat and taciturn surface, atop a red and dense plateau that never falls. It is a critique, ultimately, of the cliché of the tropics: of the overwhelming vegetation and the red mud, of the primordial and inexplicable flood.
Some of Ada Balcácer's sources could be identified: perhaps Matta, perhaps Chagall, perhaps Delaunay, perhaps Oviedo. Within these canvases, I have discovered the effigy of Ada-Victim of Fashion, of Ada in the Tropical Catwalk, of Ada in The Kneeling Green, of Ada-Serpent in the Revision of Paradise. I have also seen her in the journey, in that geometric network of curves and breaths, of lines and vertigo. "He who would paint a figure, if he cannot become it, cannot draw it," said Dante in the Canzoniere. You, thus, will see her walk in the depths of these Sculptures: Ada/fairy who flies, who flees, who comes toward us; Ada/Dafne transformed into a laurel, as if escaped from the insomnia of her own palette.
And then you will realize that Ada Balcácer's pictorial practice—like religion, like love—represents a trance of credulity: a true and irrevocable act of faith. (Comments on the painting exhibition "Plant Sculptures")
Autozama Mercedes-Benz
Societies throughout time have expressed themselves in different ways, depending on the area, personality, and profession of the individuals within them. We observe their manifestations according to these conditions. At Autozama, we support with respect and admiration the creative work of artists, their direct and indirect expressions.
They help ensure history doesn't fade away, encouraging the progress and future of their nations.
We congratulate Ada Balcácer and her representatives from Ossaye Casa de Arte, OCA
for their cultural contribution to our Autozama space, with our support for this magnificent art exhibition, and all of you art and culture lovers for being present.
With much appreciation,
Ramón Ernesto Morales
President: Autozama Mercedes-Benz
Ossaye Casa de Arte, OCA
“If there is one thing that has always united our universe at Ossaye Casa de Arte, OCA, beyond philosophies and borders, it is undoubtedly our commitment to culture and the arts, for what these disciplines represent for the development of humanity.
We believe in their values, their aesthetic levels, and the processes of realization that these activities confer upon us.
Creativity produces a social leap toward triumph, spirit, and cultural transcendence, necessary for the development of culture in our country.”
Maria del Carmen Ossaye
Director: Ossaye Casa de Arte, OCA
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