Sobre los espacios en la obra de Fernando Varela
Por: Víctor Martínez. / Investigador
Podemos asegurar que el arte siempre ha mantenido una relación estrecha con el espacio: espacio de creación del artista; espacio de exposición; espacio de interacción e
interpretación. No obstante, el criterio sobre el que se construyen las ciudades, mayormente basado en la centralización del poder y en la distribución urbana, cohibe en gran medida los lugares alternos para la libre lectura de objetos contenedores de elocuencias estético-simbólicas. La ciudad no es un museo, sin embargo, el ‘’arte público’’; arte hecho para el espacio público o arte pensado para el disfrute de las comunidades que transitan las urbes y sus rincones, no ha gozado de una mayor incidencia que la trazada en contados momentos de nuestra historia con la mera intención de: embellecer la ciudad, o proyectar cierta idea acartonada sobre la cultura.
Es en este contexto que el artista contemporáneo multidisciplinario Fernando Varela
desarrolla una serie de trabajos que buscan establecer conversaciones desde el espacio de interacción pública con los sujetos que transitan y ocupan nuestras ciudades. Ya sea en el marco de proyectos instalables, o a partir del emplazamiento de objetos escultóricos, Varela ha procurado que la dinamización de los espacios de interpretación alternos en donde las obras adquieran otras lecturas, sean explorados en función de una mirada que preste valor a la experiencia estético-sensorial.
La obra América surge como parte del proyecto expositivo Curador Curado que desarrolla Fernando Varela junto a Jorge Pineda y Quisqueya Henríquez en el Museo de Arte Moderno (MAM) en el año 2001. El mismo, buscaba revisar el rol de la curaduría dentro del sistema institucional del arte dominicano. La pieza se emplaza desde el año 2003 en el Patio Caribeño del Centro Cultural Eduardo León Jimenes en Santiago de los Caballeros. Es desde este lugar privilegiado en donde, además de mantener la carga simbólica sobre la que fue concebida, se constituye en ícono mediático de quienes asisten al museo. Como resultado, las determinaciones que establece el artista en función del lugar son, de esta forma, apropiadas, reusadas y difundidas por los aparatos de circulación de imágenes digitales.
En Forma y Vacío se comienzan a vislumbrar vestigios del artista para trabajar desde la
relación con el lugar abierto, en tanto se propone dar continuidad a sus reflexiones en torno a las verdades intrínsecas de lo universal, a partir de la construcción de códigos visuales complejos e inherentes a su práctica. Un grupo de esculturas pertenecientes a dicha serie juegan de forma intencionada a penetrar espacios abiertos para generar experiencias senso-cognitivas. Por consiguiente, dicho espacio pasa de ser un lugar de tránsito y usos trazados, a convertirse en un enlace para el encuentro de la percepción con lo sensible y la memoria.
En el año 2009, Fernando se dispone a realizar dos obras murales con temas abstractos
alegóricos a la música valiéndose de técnicas mixtas. Siendo la materialidad un elemento fundamental en la elaboración de una visualidad que interpele dentro de la obra del artista, estos trabajos entran en contacto con la acelerada circulación de la estación Casandra Damirón del Metro de Santo Domingo para proponer una conversación con el artista que trascienda los márgenes de lo hablado.
Fernando Varela desarrolla una práctica de más de 40 años en los que la relación entre
medio de producción, el pensamiento y la propuesta estético-material elaboran rutas de
acceso para lo sensible. Por tanto, la búsqueda de maneras para que sus reflexiones
coincidan con las de quienes operamos desde el tránsito abierto por los lugares públicos, produce nuevas posibilidades, tanto para el arte pensado desde la contemplación, como para encontrar, en la ciudad, una alternativa de mirada.
FERNANDO VARELA: Penetration of open spaces that generate playful sensory-cognitive experiences
About spaces in the work of Fernando Varela
By: Víctor Martínez. / Investigator
We can assure you that art has always maintained a close relationship with space: the artist's space of creation; exhibition space; interaction space and
interpretation. However, the criterion on which cities are built, largely based on the centralization of power and urban distribution, largely inhibits alternative places for the free reading of container objects of aesthetic-symbolic eloquence. The city is not a museum, however, the ‘’ public art ’’; art made for public space or art designed for the enjoyment of the communities that pass through the cities and their corners, has not enjoyed a greater impact than that drawn in a few moments in our history with the mere intention of: beautifying the city, or project some stuffy idea onto culture.
It is in this context that the multidisciplinary contemporary artist Fernando Varela
develops a series of works that seek to establish conversations from the space of public interaction with the subjects that transit and occupy our cities. Whether in the framework of installable projects, or from the location of sculptural objects, Varela has ensured that the dynamization of the alternate interpretation spaces where the works acquire other readings, are explored based on a look that lends value to the experience aesthetic-sensory.
The work América arises as part of the exhibition project Curador Curado developed by Fernando Varela together with Jorge Pineda and Quisqueya Henríquez at the Museum of Modern Art (MAM) in 2001. It sought to review the role of curatorship within the institutional system of Dominican art. The piece has been located since 2003 in the Patio Caribeño of the Eduardo León Jimenes Cultural Center in Santiago de los Caballeros. It is from this privileged place where, in addition to maintaining the symbolic load on which it was conceived, it becomes a media icon of those who attend the museum. As a result, the determinations established by the artist based on the place are, in this way, appropriate, reused and disseminated by the devices for the circulation of digital images.
In Form and Void, vestiges of the artist begin to be glimpsed to work from the
relationship with the open place, as it is proposed to give continuity to his reflections around the intrinsic truths of the universal, from the construction of complex visual codes inherent to the practice of it. A group of sculptures belonging to this series intentionally play to penetrate open spaces to generate sensory-cognitive experiences. Consequently, this space goes from being a place of transit and traced uses, to becoming a link for the encounter of perception with the sensible and memory.
In 2009, Fernando is preparing to make two mural works with abstract themes
allegorical to music using mixed techniques. Being materiality a fundamental element in the elaboration of a visuality that challenges within the artist's work, these works come into contact with the accelerated circulation of the Casandra Damirón station of the Santo Domingo Metro to propose a conversation with the artist that transcends the margins of the spoken.
Fernando Varela develops a practice of more than 40 years in which the relationship between means of production, thought and the aesthetic-material proposal elaborate routes of access to the sensible. So finding ways for your reflections coincide with those of those of us who operate from the open transit through public places, it produces new possibilities, both for art thought from contemplation, and for finding, in the city, an alternative of gaze.
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