top of page
OCA | News

La eterna presencia de Nadal Walcot Falleció en su natal San Pedro de Macorís a los 76 años.

Actualizado: 2 jul 2021

OCA|News | Acento | Junio 24, 2021 | SANTO DOMINGO, R.D.

Ardiente lágrima escurrida sobre una mejilla curtida por el salitre; imprudente nudo en la garganta, ¿por qué ese asomo repentino ante la infausta noticia? ¿Quién dijo que ha muerto el artista que se rasgaba el alma y le salían las vicisitudes de los cocolos? Nadie, por osado que sea, puede desconocer la inmortalidad de los cañaverales de Nadal Walcot; ellos develarán por siempre el peso escamoteado de la caña que cortaban los braceros. Nadie podrá demoler esos ingenios que salidos de sus entrañas denuncian el salario succionado a los obreros. Ningún mezquino podrá detener sus locomotoras cargadas de esperanza corriendo siempre hacia el futuro.


Adolfo Nadal Walcot. Tienen un estilo único los ancestros danzantes de las Antillas inglesas surgidos de la magia pictórica que habitaba en la imaginación de Adolfo Nadal Walcot. Ellos interpretan los distintos ritmos ya vueltos criollos que trajeron los cocolos de las islas. “El drama de David y Goliath”, “El pick cook fighters o la pelea del pajuil”, “The bull, o el baile del buey”, “El baile de los zancos”, “El baile del momís”, “El giant spire o el gigante bebedor que iba vestido de rojo”, y “los wild indian” que finalmente devinieron en los guloyas.

Todo ese mundo pictórico surgió de sus vivencias. Que es igual a decir de las carencias materiales que siempre han asediado a los trabajadores de la industria azucarera dominicana. Nadal Walcot nació en el seno de la explotación obrera. Era el 1945. Un año productivo ese. Él llegó al mundo el 30 de abril. En el barrio, apenas dos meses antes, había nacido Norberto James Rawlings. En ese mismo ingenio Consuelo, y en ese año, tenía plantado el dirigente sindical Mauricio Báez su centro de ebullición. Allí encendió la mecha que en 1946 estremeció la tiranía de Trujillo con la mayor de todas las huelgas que se le hizo al tirano. Y que por ella fue preciso legislar en favor de los trabajadores. Rutas distintas tomaron las vidas de Nadal y de Norberto. El primero, que muy pronto perdió a su madre, todavía a una edad muy temprana, se fue con su padre, con su abuela y con una tía hacia el ingenio Barahona. El segundo fue llevado hacia San Pedro de Macorís para seguir los estudios primarios. Consuelo era entonces un punto que solo se tomaba en cuenta para extraerle riquezas. Los patronos no tenían la sensibilidad ni siquiera de instalar allí una escuela primaria. Pero por distintos senderos, como los dos rieles que llevan la locomotora hacia un destino único, ambos construyeron el más grande de los centrales, la identidad de la etnia cocola.

De trabajador del ingenio Barahona, Nadal Walcot llegó a los muelles de Santo Domingo a vender su fuerza de trabajo. De la mano de Maximiliano Gómez (El Moreno) se hizo un militante excepcional del Movimiento Popular Dominicano. Fue combatiente en la contienda de abril de 1965. Perseguido por el gobierno balaguerista fue a dar al exilio. Estuvo en México y en Europa. Y con la libertad de 1978 Nadal Walcot regresó convertido en un manantial que le brotaba la identidad cocola por las yemas de los dedos. Desde entonces no cesó de pintar cañaverales, ingenios, locomotoras, guloyas danzantes… En cada obra suya lo que plasmaba era un trozo de dolor de su propio ser, de sus ancestros sometidos, de su etnia que se entregaba por completo al país y a cambio solo recibía opresión y racismo. Desprecio.

Diez años de exilio marcaron a Nadal Walcot. Lo transformaron. Lo convirtieron en otro ser. Dice Dagoberto Tejeda que durante la lejanía forzada de la patria “Se reencuentra, asume su identidad y acepta el desafío de recoger y reproducir con magia las esencia, los símbolos, las imágenes, lo cotidiano, lo episódico y lo trascendente de los cocolos, para contribuir a la redefinición y revalorización de su cultura”. (Los cocolos de Nadal Walcot, 1998, pág. 39). Toda esa visión se desliza sobre los rieles infinitos de su obra. Eddy Guzmán, gran admirador de Nadal Walcot, dice de él “Al paso de los años, mi admiración crece al descubrir la visión de verdadero cronista de las realidades de las islas del Caribe con que este artista retrata y relata, a través de sus dibujos y cuentos, sus memorias y vivencias que no son más que eco o reflejo de los pueblos caribeños” (Nadal Walcot, Espejo del Caribe, 2015, pág. 15).


Nadal Walcot | Diversa obras con su estilo dibujístico | Tinta sobre papel

Cortesía: Eddy Guzmán


Con el paso de los años Nadal Walcot se convirtió en un ser admirable y querido. Adorado por sus hijos, por su pueblo, por sus amigos. Admirado por todas aquellas personas amantes del arte. Hasta hace muy poco, uno llegaba a su casa, y lo encontraba pintando en su taller que lo había instalado en la marquesina de la casa, allá en el Residencial Naime de su Macorís del mar. Mucha gente dentro y fuera de la República Dominicana tiene una obra suya. Por igual hay coleccionistas que conservan una cantidad importante de su producción. Danilo de los Santos, el reconocido artista plástico y crítico afirmó que “La historia existencial de Adolfo Nadal Walcot ya está escrita en cientos de legajos visuales que conforman el gran testimonio de su existencia, interiorizada y multiplicada como capítulos de sueños”. (Nadal Walcot, Espejo del Caribe, 2015, pág. 29).

Una muestra de la variadisima obra de Nadal Walcot. El gobierno que comenzó en la República Dominicana en 1996 llegó embebido con tal ímpetu del neoliberalismo que con solapado engaño usó la “capitalización” e hizo desaparecer los ingenios del país propiedad del Estado. Porvenir y Barahona, los únicos que quedaron, son entelequias que no caminan ni siquiera impulsados por los más poderosos yugos de bueyes que se busquen. Cuando volvieron en el 2004 esas autoridades le dieron el tiro de gracia vendiendo como hierro viejo a los ingenios que nunca más molieron ni un vagón caña. Hasta los rieles fueron arrancados. Ni siquiera para piezas de museos dejaron nada. Pero no podrán demoler esos ingenios con todo el dolor que instauraron, con sus cañaverales aprisionando los bateyes y sus locomotoras de vagones cargados de futuro. Vete en paz amigo del alma porque esa grandiosa imaginación plasmada en tus obras, Adolfo Nadal Walcot, quedará como una eterna presencia que nadie podrá borrar.


 

The eternal presence of Nadal Walcot He passed away in his native San Pedro de Macorís at the age of 76.


By AVELINO STANLEY

OCA | News | Accent | June 24, 2021 | SANTO DOMINGO, R.D.


Fiery tear drained on a cheek tanned by saltpeter; reckless lump in throat, why that sudden peek at the unfortunate news? Who said that the artist who tore his soul has died and the vicissitudes of cocolos came out? No one, however daring, can ignore the immortality of Nadal Walcot's cane fields; they will forever reveal the hidden weight of the cane that the braceros cut. No one will be able to demolish those mills that out of their guts denounce the wages sucked from the workers. No mean man will be able to stop his hope-laden engines running forever into the future.


Adolfo Nadal Walcot. The dancing ancestors of the English West Indies, arising from the pictorial magic that inhabited the imagination of Adolfo Nadal Walcot, have a unique style. They interpret the different rhythms already turned Creole that the cocolos brought from the islands. "The drama of David and Goliath", "The pick cook fighters or the fight of the pajuil", "The bull, or the dance of the ox", "The dance of the stilts", "The dance of the mummy", "The giant spire or the drinking giant who was dressed in red ”, and“ the wild indian ”who finally became the guloyas.


All that pictorial world arose from his experiences. Which is the same as saying about the material deficiencies that have always plagued workers in the Dominican sugar industry. Nadal Walcot was born in the bosom of worker exploitation. It was 1945. That was a productive year. He came into the world on April 30. In the neighborhood, just two months earlier, Norberto James Rawlings had been born. In that same mill, Consuelo, and in that year, the union leader Mauricio Báez had his boiling point. There he lit the fuse that in 1946 shook Trujillo's tyranny with the greatest of all strikes against the tyrant. And that for her it was necessary to legislate in favor of the workers.

Different routes took the lives of Nadal and Norberto. The first, who very soon lost his mother, still at a very young age, went with his father, his grandmother and an aunt to the Barahona mill. The second was taken to San Pedro de Macorís to continue primary studies. Consuelo was then a point that was only taken into account to extract wealth from him. The employers did not even have the sensibility to install a primary school there. But along different paths, such as the two rails that lead the locomotive to a unique destination, both built the largest of the central ones, the identity of the Cocola ethnic group.


As a worker at the Barahona sugar mill, Nadal Walcot came to the Santo Domingo docks to sell his workforce. From the hand of Maximiliano Gómez (El Moreno) he became an exceptional militant of the Dominican Popular Movement. He was a combatant in the April 1965 contest. Pursued by the Balaguer government, he went into exile. He was in Mexico and in Europe. And with the freedom of 1978 Nadal Walcot returned converted into a spring that gushed out his cocola identity through his fingertips. Since then he has not stopped painting cane fields, sugar mills, locomotives, dancing guloyas ... In each of his works, what he captured was a piece of pain of his own being, of his subjugated ancestors, of his ethnic group who gave himself completely to the country and in return only he received oppression and racism. Contempt.


Ten years of exile marked Nadal Walcot. They transformed it. They turned him into another being. Dagoberto Tejeda says that during the forced distance from the homeland “he finds himself again, assumes his identity and accepts the challenge of collecting and reproducing with magic the essence, symbols, images, the everyday, the episodic and the transcendent of the cocolos, to contribute to the redefinition and revaluation of its culture ”. (Los cocolos de Nadal Walcot, 1998, p. 39). All that vision glides on the infinite rails of his work. Eddy Guzmán, a great admirer of Nadal Walcot, says of him “Over the years, my admiration grows when I discover the vision of a true chronicler of the realities of the Caribbean islands with which this artist portrays and relates, through his drawings and stories, their memories and experiences that are nothing more than an echo or reflection of the Caribbean peoples ”(Nadal Walcot, Espejo del Caribe, 2015, p. 15).


Over the years, Nadal Walcot became an admirable and loved being. Worshiped by his children, by his people, by his friends. Admired by all those art lovers. Until very recently, one would come to his house and find him painting in his workshop that had installed it in the marquee of the house, there in the Naime Residential in his Macorís del Mar. Many people inside and outside the Dominican Republic have his work. There are also collectors who keep a significant amount of his production. Danilo de los Santos, the renowned plastic artist and critic stated that “La hist Adolfo Nadal Walcot's existential oria is already written in hundreds of visual files that make up the great testimony of his existence, internalized and multiplied as chapters of dreams ”. (Nadal Walcot, Espejo del Caribe, 2015, p. 29).


A sample of the varied work of Nadal Walcot. The government that began in the Dominican Republic in 1996 arrived imbued with such impetus from neoliberalism that with sneaky deception it used “capitalization” and made the country's state-owned sugar mills disappear. Porvenir and Barahona, the only ones that remained, are entelequias that do not walk even driven by the most powerful yokes of oxen that are sought. When they returned in 2004, those authorities gave him the coup de grace, selling like old iron to the mills that never again ground a single cane wagon. Even the rails were ripped off. Not even for museum pieces they left nothing. But they will not be able to demolish those mills with all the pain that they established, with their cane fields imprisoning the bateyes and their wagon locomotives loaded with the future. Go in peace friend of the soul because that great imagination embodied in your works, Adolfo Nadal Walcot, will remain as an eternal presence that no one can erase.

Comments


  • Facebook
  • YouTube
  • Instagram
OCA _ News logo.png

 PERIÓDICO, REVISTA DIGITAL SOBRE LAS ARTES VISUALES

United-Capital-4392-X-654px-_edited.jpg
OCA _ News logo white.png

OSSAYE CASA DE ARTE  (OCA)

Fundación de Arte Contemporáneo

OCA | News  / DIVISIÓN OSSAYE CASA DE ARTE

 

DIRECTOR OCA | News: 

Ángel Ricardo Rivera

 

SUBDIRECTORA OCA | News:

María del Carmen Ossaye

 

DIRECCIÓN DE ARTE, DISEÑO, DIGRAMACIÓN

Ángel Ricardo Rivera

 

COLABORADORES

Delia Blanco | Marianne de Tolentino |  María Elena Ditrén |  Pedro Delgado Malagón |  Emely Cruz  | Delia Blanco|  Abil Peralta | Odalis Pérez | Centro León | Mirna Guerrero |  Museo Bellapart | Carlos Acero   | Margarita Rodríguez Auffant | Rhina Ibert |  César Miguel | Centro Leon, Santiago, RD.

FOTOGRAFÍA

Mariano Hernández

VIDEO | AUDIO

Ana Basanta

Redes Sociales

Yancarlos Infante

DIRECTORA DE MERCADO

María del Carmen Ossaye

JEFE DE PUBLICIDAD

Ángel Ricardo Rivera

RELACIONES PÚBLICAS

María del Carmen Ossaye

DISTRIBUCIÓN Y MARKETING

Dielka Muñoz

PRODUCCIÓN

Ossaye Casa de Arte | OCA

CORRECCIÓN DE ESTILO

Rafael Leonardo 

IMPRESIÓN PERIÓDICO

Amigo del Hogar

NOTICIAS INTERNACIONALES

Fuentes externas: Miami / New York  / España / Puerto Rico / Madrid España

DIRECCIÓN: GALERÍA  / OFICINAS

José Joaquín Pérez #1 Gascue | Santo Domingo, Rep. Dom.

PAGINA WEB: 

www.ossayecasadearte.com  |  809.696.8008 / 809.756.4100

DIRECCIÓN ELECTRÓNICA

artesensantodomingo@gmail.com  |  angelrivera.studio@gmail.com

OSSAYE CASA DE ARTE (OCA)

Incorporada: Resolución # 00114 | Registro de RNC / No. 430-16792-4

bottom of page